Los creyentes de base que integran el grupo denominado Comunitats Cristianes Populars de Valencia (CCP) han elaborado un manifiesto en el que afirman estar «dolidos y tristes» ante las noticias sobre los preparativos y gastos de la visita de Benedicto XVI con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias (EMF). El colectivo rechaza en el documento «la parafernalia, de la que se hace ostentación tanto por las autoridades civiles como eclesiales», en la organización del viaje. Este debería estar presidido, en su opinión, «por la sencillez y la humildad».
El citado grupo, que se ha adherido a la campaña Jo no t’espere contra la visita, critica el presupuesto del escenario del puente de Monteolivete y otros gastos del viaje y los contrapone con los datos sobre «la miseria del tercer y el cuarto mundo». «Seguro que si se le consultara al Papa ÑafirmaÑ estaría encantado de destinar el presupuesto millonario a paliar la situación de tantos millones de niños, aunque no sean hijos de familias tan modélicas ni tan cristianas como las nuestras».
Además, el colectivo califica la ideología del EMF de «cerrada» y «poco evangélica» por defender «un modelo de familia monolítico, con exclusión de todos los otros posibles».
Por otra parte, la coordinadora de EU, Glòria Marcos, denunció ayer que «la Administración ha suspendido pruebas de oposición» por la visita. Recordó que las universidades han tenido que variar también fechas de exámenes y los juzgados tendrán servicios mínimos y no celebrarán bodas.
Además, el diputado Joan Ribó ha remitido una carta al arzobispo, Agustín García-Gasco, en la que declina la invitación para asistir a los actos y comunica que los diputados de su grupo no acudirán porque consideran «un paso adelante» la separación entre Iglesia y Estado.