Mientras el mundo desarrollado vuelve a correr al ritmo que le permite la vacuna (a veces ansiando alcanzar algo que había dejado atrás), hace unos días nos llegaba la noticia de que Cristiano Ronaldo iba a jugar un partido en Ceuta. En realidad, se trataba de la publicación de un falso rumor que había circulado como señuelo para que los niños marroquíes cruzaran hacia España. ¿Qué podía hacer Cristiano en Ceuta?, nos preguntamos. Y la respuesta era: nada. Se trataba, una vez más, solo de la imagen de Cristiano, de su cromo futbolístico, esta vez en calidad de trampa. Una bolsa de caramelos al otro lado del bosque, aun sabiendo que en este hay lobo encerrado. Tampoco había abuelita que esperara en su casa a esos chavales para darles la merienda.··· Ver noticia ···
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