Creencias que abortan nuestra navidad -- Leonardo Belderrain (Argentina)

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La Real Academia de la Lengua Española, define como ?Creencia: Firme asentimiento y conformidad con algo». Ninguna creencia puede ser clasificada como buena o mala, positiva o negativa, las creencias son potenciadoras o limitantes.

Es decir me ayudan a lograr mis objetivos, o me estancan (limitan). No importa quien me lo diga, si yo no creo que podré, sencillamente no lo lograré.

Una de las preguntas clarificadoras que se hace la gente para identificar creencias limitantes en relación a nuestro talento o afecto, puede ser: ¿Qué me impide encontrar un trabajo más acorde con mis talentos o concretar el nido que ambiciono?
Dentro de las creencias limitantes más comunes en el trabajo podemos escuchar:
Yo no tengo ningún talento especial.
Sólo los ricos y acomodados hacen lo que les gusta y quieren.
Cuando me jubile haré lo que me gusta.
No estamos para pasarla bien en el trabajo, hay que sacrificarse, pora que por lo menos nuestros hijos no sufran nuestras privaciones.

De cara a la pareja se puede escuchar.

Estoy con lo posible; no muero por ella ni ella muere por mí.
Peor es estar solo.
Todos los hombres son mentirosos.
Las mujeres son interesadas.
Siempre me tocan hombres con problemas.
El Internet no sirve para encontrar pareja.
Ella tuvo suerte, yo no.

El matrimonio es como la lotería.
Pierdo mi tiempo tratando de buscar pareja.
Los hombres sólo quieren sexo.
Yo no nací para el matrimonio.
El matrimonio no es para mí.
Para ser feliz, tengo que ser rico

Lo importante es identificarlas y trabajar en los orígenes de esas creencias, para que se puedan transformar en creencias potencializadoras. Solo estas creencias ayudan a lograr el objetivo de encontrar el trabajo que nace del talento personal y que siempre lleva a la prosperidad y al bien común, y aquel nido que en serio me contenga y a su vez me haga profundamente libre. El relato de la navidad provee al pensamiento ?liquido?? un sueño potencializador de inclusión y pertenencía que no deja afuera a nadie y promete paz.

Dios se hace niño para que, en su espejo, cualquier hombre se conecte con su estilo de ser Dios.
Como dijera Theilard ya sabemos que somos Dios; el desafío ahora es vivir lo mas humanamente posible. El relato de la Navidad se conecta como un canal de luz, con todos los relatos laborales y de la construcción de nidos de excelencia.

En el trabajo
Mi talento, mi mirra, mi incienso, el calor de mis bacas son para incluir y construir la familia humana.
El amor de pareja que tengo, o que vendrá, es para incluir al hijo; y en él, a toda la Creación por lo que amamos y vemos en ese niño.

Feliz Navidad; mueren en paz los que a lo largo de su historia pueden decir: me parezco al niño de Belén; me parezco al de la vida oculta. Me parezco al de Cafarnaum, me parezco al de Getsemaní… En el fondo, es hermoso saber que siempre puedo ser ?l.

Padre Leonardo Belderrain

Capilla Santa Elena
Parque Pereira Iraola
Diócesis de Quilmes