Creemos en una comunidad alegre y solidaria
que por medio de lazos de amistad y amor se mantiene unida.
Creemos en una comunidad distinta, de puertas abiertas,
que tenga buena comunicación entre sus miembros,
sin prejuicios y en igualdad de condiciones.
Creemos en una comunidad dinámica y evangelizadora,
con iniciativa y espacios de encuentro.
Creemos en una comunidad que ora y alaba
y que sabe agradecer al Señor.
Creemos en una comunidad de miembros activos
donde cada partes está dispuesta a dar y recibir,
donde no existan las diferencias entre las personas,
donde cada uno reconozca la importancia del otro,
donde haya disposición de sumar a otros y otras.
Creemos en una comunidad de personas
dispuestas a trabajar y comprometerse
en la obra de Dios.
Creemos en la comunidad atenta a las necesidades
de sus miembros, pero que también abre los ojos y se anima
a mirar hacia fuera; una comunidad comprometida con la sociedad,
sin distinciones y con una visión ecuménica.
Creemos en una comunidad unida,
que puede traer el Reino de los cielos a la tierra,
enseñando el significado de la palabra amor,
compartir, solidaridad, paz, amistad y vida plena.
Creemos en una comunidad que sueña,
que confía, comparte y actúa.
Creemos que si tiramos juntos,
podemos dar vuelta la historia.
Dios nos mostrará el camino y nos dará las fuerzas. Creemos que así será. Amén.
(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)