Conspiradores -- Jaime Richart , Antropólogo y jurista

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Ojeo un día tras otro la prensa, y de entre ella los artículos de opi­nión, y hasta ahora periodistas que en mi opinión no han per­dido prestigio y colaboradores notables, todos, siguen la senda de la realidad oficial y oficialidad de la epidemia de gripe que nos ha tocado este año en la que, como en todas las temporadas, casi un cincuenta por ciento de fallecidos son mayores de se­senta años de una salud ya muy quebrantada, y el resto bajas co­laterales de todas las edades porque la Naturaleza juega muy ma­las pasadas a los seres humanos que también pueden morir de un simple resfriado con complicaciones…

Comprendo que si los que hablan y escriben en todos los me­dios que están en la primera fila de la información y de la opi­nión no se salen de las trazas marcadas por la verdad oficial, hablen y escriban como si la realidad no fuese otra que la que cree y asume la mayoría precisamente, porque el poder político y el médico pusieron en marcha el 11 de marzo pasado una ver­sión bajo los auspicios de la OMS y los medios inmediatamente se pusieron mano a la obra propalando el escándalo. La verdad oficial, lo sabemos, es un virus maligno de la gripe de cuyo ori­gen nunca hablan los que hablan y escriben, como tampoco hablan de su mutación, ni de los propósitos de sus autores, si los hubiere y los tuvieren.

Pese a confluir tantas cosas extrañas y tan­tas contradicciones en el empeño de terminar un rompecabe­zas, nunca dudan de lo que afirman y se pierden por las ramas de detalles periféricos respetando siempre la teoría oficial. Por eso hablan y escriben y se difunden sus escritos repitiendo una y otra vez la misma cantinela…

Para muchos otros, las cosas no son así. No son como parecen. Para muchos lo fundamental, a efectos del presente histórico que vivimos tan cercano al colapso del sistema económico, no es cuántos se contagian y cuántos fallecen, sino saber el origen cierto de este virus: si nos viene del cielo como todos los años la gripe común, o ha llegado como un proyectil inteligente elabo­rado por la mano del hombre para causar unos efectos predetermi­nados. Porque de ser un virus de «diseño», todos los preparativos en torno a las vacunas y al futuro inmediato, medio y lejano adquiere unos tintes completamente distintos a los que un virus «normal» permite prever…

Desde el 14 de marzo pasado he ido acumulando hasta165 archi­vos a propósito de esta real o prefabricada pandemia, en los que figuran personas y personajes públicos relacionados con la Medicina, la Epidemiología, la Biología, la Bioquímica, la Far­macéutica, la Política y el periodismo, que ponen en duda o afir­man en contrario, que este avatar responda a las razones que se dicen. Personas y personajes tan solventes o tan insolventes co­mo los que aparecen como responsables en el Poder político y médico de las naciones, que ven algo muy turbio y sospechoso en todo esto.

Para nada el poder político y mediático relacionan la irrupción de estas «epidemias» de gripe en cada país, con la inminente quie­bra económica del sistema cuyo plazo máximo para el crash algunos de ellos sitúan en abril de 2021. Tampoco con los inquie­tantes chaimtrails que vienen observándose en nuestros cielos desde hace muchos años. Tampoco en España recuerdan esos periodistas que tanto se prodigan, en cuántas ocasiones los políticos, el poder político ha engañado al pueblo español a lo largo de esta democracia de cartón piedra: un González y su se­rie de reformas profundas incumplidas, para acabar declarán­dose monárquico redomado. Los Aznar, Bush, Powell y Solana mostrándonos en la televisión instalaciones de armas de destruc­ción masiva en Irak de lo que no era si no una fotografía de mil aumentos de un tejido.

El simulacro de golpe de Estado de 1981 para robustecer la figura de un monarca que luego se ha desve­lado como un auténtico sinvergüenza. Los tantos tejemanejes y mentiras del 11 de marzo de 2004 relacionados con el atentado de Atocha. Y un largo etcétera que obligan a cualquier espíritu no adormecido por los narcóticos que suministran y dosifican los think tanks cuidadosamente de esta sociedad, a no fiarse en ab­soluto del poder de ninguna clase. Y al decir de ninguna clase me estoy refiriendo también, y ahora especialmente al poder médico y al farmacéutico; poderes a los que quienes «hablan y es­criben» nunca mencionan.

Sabemos que es el silencio es el rasgo principal que envuelve a las dictaduras. Pero también sabemos que el engaño permanente es consustancial a las democracias burguesas. Y desde que se con­figuró la española, los españoles siempre se han visto precisa­dos a elegir entre la credulidad, la ingenuidad y la pica­resca de la que miles, quizá millones, son maestros aventajados en este país. No extrañe a nadie, pues, que existan ejércitos de ciudadanos que permanezcamos alerta sobre posibles conspiracio­nes de los poderes públicos contra la ciudadanía, al margen del control directo que ejercen sobre ella… Nunca se con­forma el poder con el marco y las reglas de las institucio­nes??

20 Julio 2020

20 Julio 2020