Con los autistas -- Jacques Gaillot, obispo de Partenia

0
55

Partenia

Pascal, educador especializado, me invita a venir a dialogar con unos autistas, un miércoles por la mañana en el teatro del Lucernaire en Paris. Se sorprende de que yo acepte de inmediato. El quiere prevenirme de que puedo quedar desconcertado por las preguntas que me planteen. Pero yo voy con gusto, con el gusto de encontrarme con ellos.

Llego al teatro al mismo tiempo que ellos. Les acompañan sus educadores y educadoras. Tras saludar a cada uno de estos grandes chicos, subo al escenario, iluminado por la luz de los proyectores. El teatro está lleno, una cámara se sitúa para grabar la sesión que debe durar dos horas.

En medio de este auditorio, me siento feliz. En este instante, un recuerdo cruza mi mente. Visitando un centro de adultos discapacitados, estaba turbado de ver sus rostros descompuesto. El animador que me acompañaba se dio cuenta y me dijo: « ¡Yo les quiero tanto que a mí me parecen hermosos!»

Las preguntas de los jóvenes autistas se atropellan sin atropellarme a mí: « ¿Puedo tutearte? ¿Puedo llamarte Jacques? ¿Tiene Vd. fe? ¿Está Vd. desalentado al encontrar personas que lo pasan mal? ¿Cuando sabe que un prisionero ha matado a alguien, acepta saludarlo, darle la mano? ¿Si no fueras obispo, qué habrías sido? ¿Crees en los milagros? ¿Has peregrinado a???»

No veo pasar el tiempo. La comunicación es buena. Me siento acogido.