El Cristianismo es una Comunidad Universal de pequeñas Comunidades de Jesús, pequeñas unidades de vida humana familiar y local. Comunidad universal porque Jesús nos llama a TODOS a integrarnos en su red de Comunidades: bautizados y paganos, ignorantes y científicos, mujeres y varones. Todos somos llamados e interpelados para la vida en comunidad.
Nuestras Comunidades son de todos (OMNIUM): con una condición imprescindible, virtud cultivable y cultivanda: la COMPASI?N. Todo cristiano compadece al OTRO, al HERMANO, al que sufre, al que hace sufrir, al rico, al pobre, al dependiente, al autosuficiente. La compasión exige un mínimo de amor. Una mínima posibilidad de crecer en el amor. El NO compasivo carece de entrañas. Es una piedra. Ni existe el otro. Ni cuenta con él. Ni tan siquiera lo mira.
Estas Comunidades de Jesús son para todos: OMNIBUS que decimos los latinos. No las quiso Jesús para gloria de Dios. Ni para poblar los cielos con infinito número de estrellas. Son en beneficio de la nueva humanidad entera. Comunidades para el Reino del Padre.
Su finalidad no es presentar al Padre un ramillete de humanos que consigan la perfección, según el modelo de Jesús. ?l presentará al Padre todas las realizaciones del ideal humano, para bien de la misma humanidad entera.
El Catolicismo se desvió mucho del pensamiento expuesto. Considera que ¡el ?Reino del Padre?? es la Iglesia! Y que la Iglesia es para la Gloria de Dios. Para la felicidad de Dios. Los fieles de la Iglesia son únicamente los bautizados que, obedientes al mandamiento y a la jerarquía, permanecen en la institución. Los jerarcas presiden y organizan el proselitismo para la gloria divina. Ellos, cancerberos temibles, queman fuera de los muros a los malos sarmientos y cultivan a los buenos. Católicos, papistas en el peor sentido de la palabra, pero no cristianos. Porque ni entienden, ni practican la doctrina del Reino.
La comunidad de todos y para todos arranca de la perentoria necesidad humana de vivir en comunidad. La comunidad es más necesaria que la familia. Más aún, la familia o es una comunidad o es nada. Y no sirven los lazos de sangre, ni la cultura para desarrollar a los seres humanos. No sirve el duro patriarcado. Precisamos más. Que la familia se constituya en estrecha comunidad para abrazar al humano.
Fuera de la Comunidad de Jesús no hay salvación para el hombre. (?Extra comunitate Jesus nulla salus??). Sin el calor, el cariño, los cuidados de la Comunidad, ninguna salvación para el humano.
La Comunidad es una necesidad vital. Para mantener la vida. Para su desarrollo intelectual y afectivo. El autodidacta solitario no existe. En el desierto, sin libros, ni maestros, sólo hay vida animal rudimentaria. Y muerte del hombre. Nunca un mínimo desarrollo humano. Recordemos a los ?niños fiera??.
La Comunidad cristiana es madre nutricia. Es maestra. Es pedagoga. Es liceo. Es Universidad. Todas estas instituciones son necesariamente comunidades de enseñantes y de aprendices. Todos con el compromiso de enseñar y la virtud de aprender junto a Jesús.