Enviado a la página web de Redes Cristianas
El año que dejamos atrás hace apenas una semana ha superado todos los récords de llegadas de inmigrantes en patera a la Península Ibérica. 57.250 personas lograron arribar a España el año pasado tras cruzar el Mediterráneo, según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones ( OIM ).
Pero esta injusta realidad viene siempre acompañada de otro drama: 769 inmigrantes han fallecido o desaparecido en la ruta occidental del Mediterráneo, más del triple que en todo 2017, cuando murieron 223 personas camino de España.
Casi 160 personas al día llegaron en patera a España en el último año. Y 20019 arranca con un ritmo similar: entre Noche vieja y Año nuevo han sido auxiliados 111 inmigrantes en tres pateras localizadas en el mar de Alborán y las costas de Cádiz.
Estos escalofriantes datos son verdad, pero no son toda la verdad.
Durante el pasado año hemos vivido una ? excesiva visibilidad mediática de la llegada de pateras ? sin profundizar?? sin profundizar más allá en el hecho migratorio. Se han dicho verdades a medias. No se dice que en 2018 a Europa han llegado por el Mediterráneo 55.000 inmigrantes menos que en 2017. El aumento de llagadas de inmigrantes a España responde a un cambio en las rutas migratorias. España es actualmente la principal puerta de entrada de la migración irregular procedente de África, muy por encima de Italia, Grecia, Chipre y Malta. Este hecho viene dado por diversos factores como por ejemplo, la política de puertos cerrados de Malta e Italia y el acuerdo entre la UE y Turquía.
Tampoco se cuenta que 2018 ha sido el año con menos entradas irregulares a Europa en el último lustro. Frontex, la agencia europea de control fronteras, ha registrado cerca de 150.000 llegadas, más de un 25 % menos que en 2017. Esta cifra además es un 92 % inferior a la registrada durante el mayor pico de llegadas de migrantes en 2015.
Por otro lado, toda la inmigración que llega por el Mediterráneo no es ? económica ?, muchos son como solicitantes de asilo y, por tanto, no deberían ser etiquetados como inmigrantes irregulares puesto que llegar a territorio europeo es lo único que les permite tener acceso al derecho de protección internacional. Lo injusto y penoso que no existan vías seguras para hacerlo.
Vemos con frecuencia como el fenómeno migratorio es usado como arma arrojadiza entre los responsables políticos; en los parlamentos europeos se ha instalado el discurso alarmista del miedo, el rechazo y la xenofobia, y lo preocupante es que este discurso está calando en la ciudadanía.
Por tanto ello instamos desde este espacio de reflexión y denuncia a :
Que hagamos un ejercicio de responsabilidad ciudadana y ética y nos esforcemos por conocer y dar a conocer la realidad migratoria desde todas sus vertientes.
Que busquemos información veraz y que seamos críticos con las informaciones que nos llegan, principalmente a través de las redes sociales.
Que tengamos una actitud activa contra los bulos y prejuicios.
Que reclamemos que se respeten los derechos de todos los seres humanos de la tierra.
Que exijamos políticas migratorias más justas y vías seguras para que el Mediterráneo deje de ser una fosa común de personas jóvenes y niños.
Sólo así podremos caminar hacia un mundo mejor.
Amigos, comienza nuestro TIEMPO DE SILENCIO.
MESA DIOCESANA DE ATENCI?N Y ACOGIDA DE MIGRANTES Y REFUGIADOS DE CÁDIZ Y CEUTA