Enviado a la página web de Redes Cristianas
El pasado 6 de Febrero se cumplieron 4 años de la tragedia de la playa de Tarajal en Ceuta. Aquel 6 de Febrero de 2014, en aquella playa, murieron quince personas procedentes del África subsahariana en un intento de acceder al territorio español. La Guardia Civil los recibió con botes de humo y con disparos de pelota de goma a los flotadores y al cuerpo. En enero de este año, un juzgado de Ceuta ha archivado definitivamente la causa abierta, la juez argumenta que ? no aparece debidamente justificada la perpetración de los diferentes delitos que han dado motivo a la formación de la causa ?.
En enero, 6 mujeres marroquíes, porteadoras de carga de productos comerciales desde Ceuta a Tetuán, murieron aplastadas por las aglomeraciones que se producen en el cruce de la frontera.
También en el mes de enero 15 refugiados sirios fueron encontrados muertos por congelación en las montañas del Líbano, en la frontera entre Siria y Líbano cuando huían de la guerra de su país.
Y en lo que llevamos de febrero, 90 personas han muerto ahogadas en una patera al norte de la costa de Líbia; Salvamento Marítimo ha hallado los cuerpos de tres personas durante las labores de rescate de dos pateras en las inmediaciones de la isla de Alborán; ayer mismo fueron rescatadas 72 personas en aguas del Estrecho de Gibraltar y la costa de Cádiz cuando intentaban llegar a España en dos embarcaciones distintas, una neumática y una patera.
¿ Cuántas otras muertes habrán sucedido entre refugiados y migrantes en esos cruces de fronteras sin que lleguemos a tener conciencia de ellas?
¿ Cuántas muertes hacen falta para despertarnos del letargo de nuestra comodidad y exigir a los gobiernos rutas seguras y legales para las personas que quieren buscar una vida mejor ?
¿ Cuando dejaremos de ver a los inmigrantes como una amenaza y descubriremos que no son más que las víctimas de un sistema económico y político injusto del que formamos parte?
Mientras las tragedias migratorias nos siguen sacudiendo cada día nuestro gobierno sigue respondiendo ? a la defensiva ?. La Autoridad Portuaria, dependiente del Ministerio de Fomento, ha comenzado a instalar una triple valla de cuatro metros de altura con concertinas alrededor del puerto de Melilla. El gobierno explica que el objetivo de esta valla es evitar que los menores extranjeros no acompañados puedan acceder al puerto con el fin de intentar colarse en los barcos que unen Melilla con Málaga, Almería y Motril.
Estas medidas NO son la solución. Mientras nuestro mundo siga siendo tan desigual e injusto las migraciones y desplazamientos se seguirán produciendo aún a costa de morir en ese peligroso viaje. Y es que en muchos países del mundo la amenaza es tan real que merece la pena intentarlo.
Acoger y proporcionar asilo es una cuestión de derecho internacional recogida en tratados suscritos por estados y, por tanto, de obligado cumplimiento para sus gobiernos. Pero además de esas cuestiones jurídicas, debemos actuar sobre las causas que provocan estas migraciones políticas o económicas; las discriminaciones y persecuciones sociales o personales, la guerra, el hambre, la desigualdad. Nada cambiará mientras se mantengan las políticas económicas, financieras, comerciales, industriales, agrícolas, pesqueras o de patentes que ahogan a esos pueblos que constituyen la mayoría del planeta. Es necesario exigir políticas coherentes que reduzcan la brecha entre nuestras sociedades enriquecidas y la mayoría empobrecida de nuestro mundo. Y soñaremos con un futuro sin vallas que provocan muertes, con vías seguras de acceso y unas leyes de extranjería inclusivas, no excluyentes.
Amigos, con este deseo comienza nuestro tiempo de silencio.
MESA DIOCESANA DE ATENCI?N Y ACOGIDA DE REFUGIADOS ? Cádiz y Ceuta