Comunicado del Movimiento Internacional Somos Iglesia: No queremos una reforma de la curia a puerta cerrada

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¡No queremos una reforma de la curia a puerta cerrada!

Publicado el miércoles 14 de agosto de 2013

Comunicado del movimiento Somos Iglesia

12 de agosto de 2013

 

El papa Francisco comenzará la reforma de la curia con la primera reunión de los ocho cardenales en los primeros días de octubre de 2013. Es algo de la mayor importancia para el futuro de la Iglesia Católica Romana y no debe ocurrir a puerta cerrada sino de manera transparente y en diálogo abierto con las Iglesias locales.

El 14 de abril de 2013 el papa Francisco anunció que se iba a reformar la curia. Constituyó una comisión formada por ocho cardenales de todo el mundo. El papa espera que las primeras sugerencias de esta comisión le sean entregadas en mano a principios de octubre. Hasta el momento no se le ha asignado ninguna tarea  pontificia a esta comisión, tampoco ha habido comentarios de ninguno de los ocho cardenales.  Pero la reforma de la curia como primer paso de una reforma estructural de toda la Iglesia Católica Romana es tan importante que lo esencial debe ser discutido en público.

?sta es la razón por la que el MOVIMIENTO INTERNACIONAL SOMOS IGLESIA plantea las preguntas siguientes ahora, antes de que tenga lugar la primera reunión a primeros de octubre de 2013:

  1. ¿Cuáles son los objetivos de la reforma que se va      a hacer, qué planteamientos hay detrás de ella y cuáles son las propuestas      concretas de los cardenales?
  2. ¿Han consultado con tiempo suficiente  los cardenales a las conferencias      episcopales y  a las organizaciones      laicales de sus países y continentes?
  3. ¿Qué actuaciones va a haber para hacer frente a      los escándalos habidos a nivel mundial sobre abusos y encubrimientos?

Nombrar un comité asesor internacional es un paso importante para que la Iglesia tenga un liderazgo más cooperativo y participativo, dadas las muchas y serias crisis (Vatileaks, Banca vaticana, Sociedad de San Pío X, falta de cooperación etc.)  y las decisiones equivocadas de los líderes de la Iglesia. Pero deben darse más pasos. La curia romana ha ido consolidando un poder absoluto ¡en los últimos siglos!

 

Es importante que la reforma (muy necesaria) no solo aumente la eficacia de la curia sino que potencie el espíritu de transparencia, de manera que la pluralidad colegiada y las estructuras democráticas en la Iglesia institucional tengan la posibilidad de desarrollarse (es decir, ?separación de poderes??: independencia de lo legislativo, lo ejecutivo y lo judicial). Las mujeres, que representan más de la mitad de los católicos, apenas están representadas o participan en la toma de decisiones. Nuevas estructuras de comunicación y liderazgo tienen que desarrollarse.  Estas nuevas estructuras deberían corresponder a las demandas del Evangelio y a los requerimientos de una red mundial de comunidades de católicos con realidades culturales diversas. Hay que preguntarse cómo un lobby de homosexuales puede haberse establecido en el Vaticano, como ha dicho el papa Francisco, y qué medidas se van a tomar para evitar en el futuro esas acciones de lobbys. La pregunta por qué existen el en Vaticano esos u otros grupos de presión debe tener respuesta.

 

El mismo papa Francisco se ha referido al ?vino nuevo en odres viejos?? y a la tradición de la Iglesia que permite la renovación de la teología y de la estructura por medio del diálogo con personas de distintas culturas (véase la homilía del papa del 6 de julio de 2013). ?sta es la razón por la cual se espera que tome decisiones fundamentales durante su pontificado. Ellas llevarían al abandono de principios y doctrinas obsoletas para garantizar el bienestar futuro de la Iglesia Católica. Una comisión de expertos en historia de la iglesia, en teología sistemática  y exégesis debe ser convocada cuanto antes para ocuparse de cuestiones dogmáticas.

 

Con el debido respeto a la tradición y a la continuidad, una cultura y estructura fundamentalmente nuevas deben desarrollarse, y el proceso tendría que caracterizarse por el diálogo, la comunión, la reforma y la apertura- según el Concilio Vaticano II (1962-65), que aún proporciona líneas de actuación válidas y  apreciadas. Para el Vaticano esto significa más comunicación en lugar de control, más espiritualidad y apertura de mente en lugar de sanciones.

 

El Movimiento Somos Iglesia cree que las decisiones clave deben ser sobre:

  1. Descentralización de la toma de decisiones en la      Iglesia y que se concedan más derechos y responsabilidades a las iglesias      locales.
  2. Representación en Roma de todas las Iglesias del      mundo.
  3. Emancipación de las mujeres a todos los niveles.
  4. Responsabilidad colegiada y el abandono de      estructuras absolutistas y monárquicas.
  5. La implementación de los derechos humanos en la      Iglesia.
  6. Un código de conducta que incluya la      responsabilidad  de los líderes de      la Iglesia ante el Pueblo de Dios.