El inicio de la Reforma de Lutero, hace 500 años, es motivo de reflexión y estímulo para los creyentes de distintas confesiones que estamos comprometidos con la reforma y renovación de nuestras iglesias. Animados por la iniciativa que ha tomado el movimiento «Somos Iglesia Internacional» (www.we-are-church.org), desde Redes Cristianas queremos aportar lo siguiente:
Los colectivos que formamos Redes Cristianas surgieron en distintos momentos de la etapa postconciliar, impulsados por las expectativas de renovación que abrió el Concilio Vaticano II. Junto a muchos otros católicos de todo el mundo, han contribuido a generar realidades de Iglesia participativas y democráticas, sin estamentos, con una plena corresponsabilidad de los laicos, grupos y comunidades de iguales, sin discriminación por razón de género o de orientación sexual.
Estos sectores de la Iglesia ponen el acento en el compromiso con la justicia y con los pobres y reclaman una iglesia que sepa situarse en sociedades laicas y sea cercana a los problemas de las mujeres y los hombres del siglo XXI.
La Iglesia Católica, como institución, tiene una gran resistencia a los cambios, su estructura piramidal con dos estamentos diferenciados: clero y laicado, hace muy difícil que las transformaciones que se han ido consolidando en buena parte de la iglesia local, lleven a reformas «oficiales» en el Magisterio o en el Derecho Canónico.
Tras los pontificados de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que supusieron una fuerte involución en planteamientos eclesiales, pastorales y teológicos, emerge la figura del Papa Francisco que genera de nuevo grandes expectativas de renovación y puesta al día de la Iglesia Católica.
Aun siendo conscientes de las dificultades que se está encontrando el Papa para que las reformas sean una realidad, vemos con cierta sorpresa y desánimo, que el testimonio personal de Francisco y las ideas que proclama continuamente, no son suficientes para que se plasmen en cambios reales en la Iglesia. Se podría pensar que ni los cambios promovidos desde la base ni las propuestas y convicciones del mismo Papa, desde la instancia más alta de la Iglesia, son capaces de transformar esa institución que perdura con los siglos y que aún tiene enorme influencia en todo el mundo, pese a la gran secularización que vivimos a nivel global.
Hace 500 años Lutero clavó en la puerta de una iglesia sus tesis en contra del escándalo y descrédito que estaba suponiendo para la Iglesia Católica la administración de las indulgencias. Aunque de ello derivaron la escisión de la Iglesia Católica, que aún pervive pese a los acercamientos importantes del movimiento ecuménico y la Contrarreforma, con sus luces y sus sombras, nosotros queremos situarnos en la importancia esencial de que la Iglesia se renueve, que sea una Iglesia en salida, » salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio.» (Evangelii Gaudium, 20) y esa salida supondrá afrontar retos, interpelarse y acercarse a nuevas realidades.
«La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del «siempre se ha hecho así». Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades. Una postulación de los fines sin una adecuada búsqueda comunitaria de los medios para alcanzarlos está condenada a convertirse en mera fantasía». (Evangelii Gaudium, 33).
En el día del quinto centenario del nacimiento de la Reforma Protestante, Redes Cristianas se reafirma en lo que en 2006 escribimos en la Carta de Identidad: queremos trabajar por la transformación democrática de la Iglesia y de la Sociedad.
Manifestamos nuestro apoyo al Papa Francisco animándole a que siga adelante con sus planteamientos de renovación de la Iglesia, para que ésta pueda anunciar el Evangelio desde la coherencia y la credibilidad.
2017 Catholic Church Reform 500 Spanish