Enviado a la página web de Redes Cristianas
Sobriedad compartida
Hace cuatro meses que unos amigos comenzamos a hacer compost en el campus de la universidad complutense. No pedimos permiso a nadie, claro. Aprovechamos las hojas del otoño, el césped cortado, los residuos orgánicos de nuestras casas y cafeterías; y nos completamos con los abonos de ovejas que nos regalan en el Instituto Nacional de Investigación Agraria. Leemos en Internet y aprendemos de Amigos de la Tierra. La práctica del compostaje lleva utilizándose desde hace ya mucho tiempo para lograr un abono natural para nuestras huertas o plantas.
Pero el compostaje es mucho más, se trata de un sistema de gestión de residuos indispensable para una reducción real de la cantidad ingente de basura que generamos día a día. A su vez, contribuye a plantar cara a muchos de los retos que tiene por delante nuestra sociedad.
Alrededor del 40% de nuestra bolsa de basura está compuesta por residuos orgánicos. Si llevásemos a cabo una recogida selectiva de los mismos evitaríamos que estos restos fuesen a vertederos o incineradoras. Ya reciclamos el papel, el vidrio o los envases, ¿por qué no hacerlo con la materia orgánica en vez de despilfarrarla y dejar que siga contaminando?
Si los restos orgánicos se separasen selectivamente, supondría un 65% menos de gases de efecto invernadero si lo comparamos con el resto de tratamientos. Pero además, el compost aplicado en nuestros suelos contribuye a fijar las emisiones de carbono, con lo que de esta forma también contribuiríamos a frenar el calentamiento.
La destrucción de la cobertura vegetal, la agricultura intensiva, la erosión, las sequías o la urbanización descontrolada son algunas de las causas de la desertificación de nuestras tierras. Alrededor del 40% de nuestros suelos padecen esta desolación. El compost obtenido a través del compostaje alimenta la tierra dotándola de la materia orgánica que han ido perdiendo debido al uso abusivo.
La separación selectiva de los residuos orgánicos conduce a la obtención de un compost de calidad. Se trata de un abono natural muy eficaz que nos permitiría sustituir gran parte de los fertilizantes químicos tóxicos que contaminan nuestras tierras y aguas. Con el compost ahorramos dinero porque: ¿qué abono es más barato que aquel que se obtiene de la basura y no recurre a otros recursos, plásticos por ejemplo, para producirse?
El compostaje es parte de la solución. Lo podemos hacer en nuestras casas, en nuestro trabajo, en nuestra comunidad de vecinos. Sin embargo, es necesario que también las administraciones apuesten por este tratamiento y la separación selectiva de la fracción orgánica de los residuos para beneficiarnos de las múltiples ventajas que supone el compostaje para el conjunto de la ciudadanía.
Mientras seguimos presionando a las administraciones para implantar el compostaje, no te cortes y haz tu propio compost. La revolución llega cuando las personas como tú y yo nos adelantamos.
fajardoccs@solidarios.org.es