COMIENZA EL XXVI CONGRESO DE TEOLOGÍA

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El teólogo José María Castillo afirmó esta tarde, al inaugurar el 26 Congreso de Teología de la Asociación Juan XXIII, que la Iglesia española tiene miedo y la consecuencia de ello es el bloqueo de la Teología.

Castillo, que presentó el Congreso que este año lleva por enunciado ‘Cristianismo y bioética’, dijo que ‘no se ha producido el necesario relevo de los teólogos que hicieron posible el Concilio Vaticano II, y nos hemos quedado con el miedo; la Iglesia española tiene miedo y la consecuencia ha sido el bloqueo de la Teología cuando ésta, sin embargo, tiene mucho que decir en la realidad actual’.

Para José María Castillo este Congreso tiene ‘un anhelo y una tarea común, porque ahora, más que nunca, es necesaria en la Iglesia la tarea de pensar y hablar desde la libertad’.

Y se apoyó para ello en una reciente entrevista, el pasado mes de agosto, realizada por varios medios alemanes y Radio Vaticano al Papa Benedicto XVI, durante la que éste afirmó que el cristianismo, el catolicismo, no es un cúmulo de prohibiciones sino una opción.

Es necesario, dijo en sus declaraciones el Pontífice, -según recordó Castillo- que se corrija la imagen de que ‘sólo sembramos rígidos noes’.

La Teología, dijo el teólogo, ha sido un pensamiento acrítico y controlado y dirigido por una instancia extracientífica y autoritaria, ‘y por ello la libertad en la Iglesia y su diálogo con la sociedad se ven muy amenazadas, sobre todo en España, por los rígidos no de los que se queja el Papa’.

Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la UNESCO y presidente de la fundación ‘Cultura de Paz’, pronunció la primera ponencia del Congreso en torno a ‘la revolución genética’ en la que resumió los avances que se han venido dando en la biología y en la genética.

Mayor Zaragoza abogó por la necesidad de que sean comités multidisciplinares los que aborden el estudio de las ‘cuestiones vidriosas o difíciles’ tras la Declaración Universal sobre el Genoma Humano y Derechos Humanos, aprobada por la Asamblea General de la ONU en 1998, y en la que se prohíbe la clonación con efectos de reproducción humana.

Todos los demás aspectos una vez resuelta la cuestión de la clonación de seres humanos, agregó, incluido el tema de las células madre, deben ser debatidos en Comités interdisciplinares, con criterios científicos para ‘evitar confusiones indeseables de la conciencia ciudadana’, como ha ocurrido con las células troncales (madre) y sus aplicaciones biomédicas, y en la selección de zigotos para evitar enfermedades hereditarias.

Para Mayor Oreja, la Iglesia católica, la Conferencia Episcopal Española, no puede tomar posiciones en cuestiones científicas que no sean resultado de estudios multidisciplinares, ‘y si después tienen objeciones, que las digan’.

Porque el zigoto, recalcó, ‘no es un ser humano’, y es un error oponerse a que zigotos inviables no se puedan utilizar para mejorar las condiciones de vida y evitar enfermedades. Si seguimos en esta actitud tendremos que hacer lo que hizo Juan Pablo II al reconocer que la Iglesia se había equivocado con el científico Galileo Galilei.

‘Parece dogmático, demagógico y cínico’ en un tema como el de las células madre, las palabras del presiente norteamericano Georges Bush diciendo que ‘no utilizaremos un solo centro federal’ para investigar con ellas, cuando en Norteamérica, desde hace más de diez años, instituciones y fundaciones privadas están vendiendo todas las líneas de células madre, dijo Mayor Zaragoza.

Para el presidente de la Fundación Cultura de Paz, hay problemas mucho más importantes que afrontar antes que ese debate, como son la falta de dinero para la investigación en torno al SIDA o lo miles de niños que mueren diariamente de hambre en el mundo, cuando se destinan diariamente ingentes sumas de dinero a la fabricación de armamento.