Editorial
La crisis política y social que actualmente atraviesa el país es el resultado del agotamiento del modelo democrático representativo, que no ha logrado dar respuesta a las necesidades y aspiraciones del pueblo hondureño y esto se muestra en la agudización de la pobreza, concentración de la riqueza en pocas manos, el aumento del desempleo y de la exclusión social, la inseguridad, falta de acceso a la salud, educación, vivienda, tierra, problemas que tienen profundas raíces históricas.
Se busca superar esta colectiva frustración social por la vía jurídica, estableciendo una Asamblea Constituyente que elabore una nueva Constitución. Consciente o ingenuamente se está dando un mensaje ambiguo: «si se modifica la constitución se eliminan todas las desigualdades, pero si mantenemos la misma legislación seguiremos en la misma forma de vida porque la culpa de todos los males del país la tiene la Constitución», olvidándonos que es responsabilidad de todos, gobernados y gobernantes buscar soluciones a esta problemática y tomar decisiones que favorezcan la construcción del bien común.
Estamos convencidos de la necesidad de realizar cambios profundos en la estructura del país, incluso en la Constitución de la República que como marco legal permita la transformación de la sociedad hondureña, para superar los rezagos económicos, sociales, políticos, culturales y lograr una verdadera justicia social, un estado eficiente, un sistema de justicia equitativo, eficaz y oportuno que elimine la exclusión social, causante de la crisis. Sin embargo, estos cambios no serán válidos sino
se consulta a la ciudadanía dentro de los márgenes contenidos en la legislación hondureña.
La sola reforma a la ley no resolverá los problemas que se han generado en largos períodos de negación de los derechos ciudadanos, es irresponsable adjudicarle poderes mágicos a la Constitución, ya que por si sola, no puede generar beneficios sociales sin autoridades que apliquen la ley.
Nos preocupa el procedimiento de la actual consulta por ser ilegal, ya que no se han seguido los procedimientos establecidos en la institución legal, pero también es deshonesta, por cuanto se está manipulando a la población con engaños, amenazas y comprando voluntades.
Está práctica política no contribuye a que los ciudadanos asuman la responsabilidad cívica que deben tener frente a los problemas nacionales. Por el contrario, estimula la actitud asistencialista que impide desarrollar valores como la corresponsabilidad y la solidaridad debilitando el tejido social. Además, apunta a crear una confrontación social.
En innegable que el país vive una coyuntura difícil, pero es una valiosa oportunidad que puede ayudarnos a pasar de una democracia formal a una democracia real, que se manifieste en el bienestar de todos. No hacer nada, o dejar que otros aprovechen la oportunidad para lo mismo, significaría fortalecer esas injustas estructuras políticas y económicas causantes de la crisis.
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Comentario
El anterior es el editorial del semanario Apuntes de la Pastoral Social de Honduras, en la que podemos denotar la posición de la Iglesia sobre la efervescencia política que vive el proceso de convocatoria a la cuarta urna (la primera es la de elección al presidente, la segunda es la de los diputados al Congreso y la tercera la de los Alcalde o gobiernos municipales) misma que implica la participación del pueblo opinando sobre la convocatoria a una asamblea constituyente que proceda a elaborar una nueva constitución.
La actual constitución adolece de serios problemas empezando de su mismo nacimiento, fue elaborada en 1980 cuando empezaba un proceso contradictorio siendo por un lado el retorno de los golpes de barraca a gobiernos electos popularmente y por otro promover la represión por medio de la implementación de la guerra de baja intensidad no solo contra los procesos revolucionario de Centro América sino también contra el mismo pueblo hondureño resultando en una asamblea constituyente de negociación de poderes entre los partidos liberal y nacional y los militares.
Esta constitución si bien tiene elementos democráticos adolece de muchos defectos en primer lugar como dicen el que elabora la ley elabora también la trampa ya se previó una constitución para mantener la corrupción, la división del poder en los ricos y poderosos, sembrar las bases para retroceder todo proceso de reforma y retomar las bases para el neo liberalismo en fin no fue una constitución para el cambio a sistema mas justo sino que por el contrario sirvió para sentar el conservar las injusticias e inclusive acrecentarlas.
Por otro lado la Cconstitución que debió ser la Ley sobre toda Ley, el derecho sobre todo derecho no fue en la práctica llevada de esta manera sino que fue violentadas en muchas ocasiones y a conveniencia de los poderosos y las transnacionales así vemos la ley de minería , la ley de modernización agrícola, las conceciones del agua, de las playas marítimas, el desaparecimiento de los controles a la explotación forestal todo en beneficio de unos pocos en contra de las mayorías.
En tercer lugar toda constitución debe ser fruto de un «pacto social» cosa que no fue así sino que por el contrario se elaboró sin la participación popular y adolece de lo fundamental para tener una autoridad moral para el pueblo y es la defensa de dignidad humana o de los derechos humanos, intitucionalmente si representa esto pero el ejecución es todo lo contrario, se ha perseguido, desaparecido y excluido al pueblo pobre.
Pero siendo todo esto verdad, es factible para el actual gobierno lograr salir de todo el atolladero político cuando ya esta por terminar su período de mando y durante el cual como dice un conocido analista político hondureño , Matías Funez dejar de ser «una patastera ideológica» que en la OEA y en las Naciones Unidas da un discurso populista pero en la praxis al interior a continuado bailando con los conservadores y atado a muchos actos de corrupción.
Esto mantiene tenso y dividido al pueblo hondureño inclusive a la misma izquierda donde unos dicen que no confían en Mel y otros lo creen un caudillo este es el riesgo de la situación actual el pueblo pobre quien lejos de ser el protagonista de estas luchas esta en medio por un lado el gobierno trata de utilizar todo su aparato para poner la cuarta urna como lo mas idóneo para salir de la pobreza y por otro lado la ultra derecha sataniza todo este proceso y siembra el terror por medio de sus masivos medios de comunicación este sector es tan conservador que hasta la mas pequeña reforma lo escandaliza utilizando una publicidad propia del mas retrograda Macartismo se habla de que el hondureño perderá sus hijos en el comunismo, que vendrán los ateos, todos se quedarán sin sus casas en fin no me extrañaría que se hablara sobre que los comunistas vendrán a comer los niños.
Pienso finalmente que el pueblo debe optar por mantener siempre su independencia de estos movimientos y aprovechar la alianza estratégica de poder apoyar una constituyente pero poniendo claro que las riendas las tomará el pueblo no lsa camarillas de Mel no puede ser seguidilla de una persona inestable, por lo que aprovechar la efervescencia para llegar a mejorar la organización, la unidad y la capacidad de movilización es lo mejor que se puede dar, siempre tomando en cuenta que el pueblo pobre es el que vale por encima de cualquier camarilla o grupo político.
Ramón Zavala
(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)