Amigos/as: Este es un escrito que comenta una carta abierta a F.Lugo de Claudia
Florentin:me la envía Carmen Pomata de Paraguay. Espero que la misma aparezca adjunta He aqui mi modesto comentario, que con el permiso de Carmen dirijo a otras personas amigas.
Carmen. me gustaría comentarte «in extenso» la carta abierta de Claudia Florentin. Tal vez podamos hacerlo en otro momento. Por ahora sólo algo breve.
Nada que objetar el dolor compartido de Claudia con respecto, a las solitarias noches en blanco. de una madre junto a la cama de la hija enferma y con el padre ausente. Nada que descontar al dolor de madre y de mujer ante un «hecho» cuyas circuntancias le obligan a permanecer callada y humillada. De acuerdo!.
Pero ahora viene un punto de inflexión.
1) El responsable tienen que asumir su cuota de responsabilidad. Por mi parte, los pasos, van bien orientados.
2) Pero cabe unas preguntas ¿aquí hay un sólo responsable de este modo de actuar?. U otras instancias, tienen también su cuota de responsabilidad?
3) ¿El fallo que tanto escandaliza a algunas personas o sectores, en particular a cierta prensa, no es acaso el reflejo de lo que es nuestra sociedad? ¿no es, ella misma, la que ha ha legitimado la práctica impune del doble discurso? Nuestra prensa, y nosotros como sociedad nos hemos escandalizado, de la misma manera que en caso de los hijos del Presidente, en el caso de Ykua Bolaños?. sólo por dar un ejemplo ¿no es inmoral permitir que se diga que más de 400 personas deportivamente se sucidaron todas juntas, un hermoso domingo de Agosto?.
4) En el «fallo» que estamos comentando ¿no tiene responsabilidad, la insitucionalización del celibato como obligatorio, para ejercer un ministerio sagrado? ¿no es por culpa de mantener las apariencias que se considera, en reiterados casos como mal menor tolerar que mujeres afectadas por alguna relación voluntaria o no, permanezcan solas, humilladas y en silencio, con tal de que el Ministro, opte (no por la mujer o el hijo) sino por seguir ejerciendo su función sagrada? ¡No se alborote nadie, son preguntas apenas!
5) Creo que es ético que la sociedad pida al Presidente Lugo el reconocimiento, y el acatamiento estricto de la Ley. Lugo ya lo hizo, incluso pidió perdon.Y es su deuda reparar el daño causado lo más y mejor posible.
6) Entonces también por ética ¿no este el momento en que la persona que ha «fallado», Lugo o cualquier otro, tiene el derecho de esperar una mano tendida que ayude a la mayor rehablitación posible? Por mi parte creo que si!
7) Hace un año el pais votó por un sueño. Busca, espera y merece un cambio. Ese es el punto. La izquierda, no toda, la iluminada y dogmática, y la derecha corrupta y consevadora, por razones opuestas, sumadas a las mafias organizadas y poderosas, apuestan por la desestabilización a cualquier precio..
8) Si el «fallo» de Lugo no es un problema privado. Tampoco lo es el proyecto orquestado para desprestigiar su gobierno..
9) Buena es entonces esta ocasión para renovar nuestra opción por el sí a los valores, pero a todos, no sea que intentemos ser puros como ángeles y tramposos como demonios.
10) Finalmente, como cristianos exijamos la justicia pero ejerzamos la misericordia. no hagamos leña del árbol caido. No es noble apagar la mecha que aún humea. No es razonable apedrear a pecadores ni pecadoras. No lo hizo el Maesrtro Jesús.
Arnaldo Gutiérrez
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PUBLICADO EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA.
Carta Abierta al Presidente Fernando Lugo
Buenos Aires, jueves, 16 de abril de 2009
ALC NOTICIAS
Por Claudia Florentin
http://www.alcnoticias.org/interior.php?codigo=13862&format=columna
Estimado Presidente: me he quedado pensando en su confesión. Toda confesión es bienvenida. Pastoralmente hablando, libera, usted lo sabe. Nos alegramos con toda confesión y me alegra escuchar que ahora se hará cargo de lo que confesar conlleva.
Imagino que su corazón y su espíritu estarán más livianos??pequeña carga llevaba. Que Dios le ayude a vivir como padre, de verdad, y no solo para que lo reproduzcan los medios. Lo deseo por Guillermo, sobre todo.
Pero soy mujer, sabe, y no puedo dejar de pensar en Viviana.
A ella sí que su confesión le resultará tardía. Porque usted pudo ocultar durante dos años su paternidad, su ?pecado??, pero ella no. ¿Cómo oculta una mujer el fruto de su ?pecado??? a ella le toca, siempre, cargar con la responsabilidad de dos. Y para más peso, asumir la responsabilidad que el hombre no asume, aunque sea obispo.
Y si, me dice un amigo, no debe haber sido fácil para él: obispo, candidato a la presidencia??. ¡Más vale tarde que nunca!, dicen otros.
Yo no coincido. Discúlpeme usted, pero no puedo pensar que se calló por falta de coraje nada más. Creo que los que callan su responsabilidad lo hacen con conciencia, y en estos casos más, sabiendo que exponen a la mujer a la marginación, a la vergüenza (en pueblo chico, todo se sabe), a la soledad de una maternidad casi inconfesable.
Creo que usted se dejó impregnar por el machismo, ese mal que se pasea impunemente por este mundo.
El machismo se nutre de poder, un poder basado en esquemas desiguales. Y en su historia, esos esquemas están bien presentes.
Es más, hasta diría que, en otros casos, estaríamos sospechando un acto en las márgenes de la ley. Viviana confiesa una relación que comenzó cuando ella tenía 16 años. Y usted, 47, si no me equivoco. ¿Relación mutuamente consentida? Imposible, aunque la chiquilla haya dicho que sí. Porque a los 16 años una mujer es apenas una niña, pero básicamente porque la diferencia de lugar, de jerarquía, puso a esta niña en situación de clara desigualdad.
El sacerdote, el obispo, el pastor de las ovejas, el hombre, sí, establece su poder de dominación, de seducción, de poder, frente a la mujer apenas en ciernes; frente a la ?ovejita?? que debe ser cuidada.
La estructura de poder está bien definida. La niña- ya con una primer carencia afectiva viviendo de prestado en casa de una pariente o una empleadora-, enfrentada al macho fuerte, inteligente, protector, al hombre adulto, maduro, poderoso, ¿Por qué quien niega que un obispo tiene su cuota de poder y sabe usarla?
Me dicen, ¿por qué ella habla ahora? ¿Qué quiere? ¿Qué le dieron? No sé, no la conozco, ¡pero conozco tantas miles de realidades iguales! Mujeres, niñas, adolescentes, que un buen día se hartan de tanto dejarlas bajo el felpudo! ?Le querrá hacer daño ahora que es presidente??, oigo por ahí. La verdad, si así fuera, creo que lo mejor hubiera sido declararlo hace dos años ¿se imagina?
Ahora se arregla rápido, el apellido y ya. ¡El apellido! Todo un tema, como que eso fuera a pagar las noches de insomnio, los dolores de parto, las angustias a fin de mes, los momentos de fiebre y nanas frente a la cama del niño amado. Nada lo retribuye, y las mujeres, ¿sabe? también sabemos de hartazgos, cansancios y aburrimientos. El mito de la madre abnegada que todo es capaz de soportarlo por amor, es también un mito sostenido por el sistema de poder patriarcal. No somos madres, somos mujeres, ante todo, con vida, derechos, sueños, proyectos y afectos; los hijos, son parte de esos enormes afectos.
Le confieso que cuando asumió me encantó el gesto de donar su sueldo al Instituto Paraguayo del Indígena. Ahora que me entero que sabía de la existencia de un niño que era su responsabilidad, me parece un acto demagógico, más allá de lo pertinente de su gesto. Millones de padres se pasan la vida siendo generosos con el mundo, pero sin destinar nada a la atención de sus hijos/as o dejando su cuota como que fuera una dádiva que la madre de los niños, sabrá Dios cómo gastará.
Usted dijo hoy que los niños y niñas de su país deben tener sus derechos garantizados; esos derechos empiezan con la madre que los llevará en su vientre, a veces con ganas, a veces a la fuerza, fruto de abusos y violaciones, y miles de veces, desamparada.
Le pido a Dios, estimado Presidente, estimado hermano, que usted pueda ver esta historia, su historia, no como un acto cerrado por haber hecho lo ?legalmente correcto??, sino como una realidad que, comenzando por su casa, afecta a miles de mujeres paraguayas, sus conciudadanas, y sepa actuar diferente, como hombre, como cristiano, y como jefe de estado.
(Información recibida de la Red MUndial de Comunidades Eclesiales de Base)