Cada vez que se descubre o demuestra algún hecho científico o histórico importante, no muy acorde en ese momento con alguna interpretación religiosa, surgen voces alarmistas como si se tambaleara la misma esencia de la Religión. Por otra parte, no es raro encontrar oposición al progreso por parte de integristas religiosos por miedo a que se les derrumben sus débiles convicciones religiosas.
Las investigaciones, a espaldas de la presión de grupos religiosos y del bloqueo político, están demostrando que las células madre son capaces de convertirse en cualquier tejido del cuerpo bajo el estímulo adecuado. Se vislumbra poder dar solución, en un futuro próximo, a la. Diabetes, al Parkinson y a los trasplantes de órganos. Ciencia y Fe tienen estrecha relación y se complementan. Tal vez, se haga necesario, en algunos casos, explicar la diferencia del Conocimiento Científico de las meras opiniones así como la diferencia entre Fe y supersticiones.
A Galileo le dio la razón la Historia con el tiempo. Surgió Darwin, con su teoría de la evolución y se apresuraron a ridiculizarlo y hasta a condenarlo. Sabemos que la aceptación de la teoría de Darwin ha evolucionado, y el entendimiento cristiano de la creación también. Hoy son muchos los científicos creyentes así como teólogos inteligentes que admiten la evolución sin problema alguno y en su justo sentido. Freud asombró al mundo de la salud mental con su «inconsciente». También se apresuraron a condenarlo y hoy la mayoría de los creyentes y bastantes psicoanalistas religiosos lo dan por supuesto y profundizan en la aplicación de estas teorías.
La Constitución ?La Iglesia en el Mundo Actual?? del Concilio Vaticano II dice: » Los progresos de las ciencias biológicas, psicológicas y sociales permiten al hombre no sólo conocerse mejor, sino aún influir directamente sobre la vida de las sociedades por medio de métodos técnicos. La humanidad pasa de una concepción más bien estática de la realidad a otra más dinámica y evolutiva, de donde surge un nuevo conjunto de problemas que exige nuevos análisis y nuevas síntesis».(GS 5)
Al mismo tiempo advierte:..» Muchos de nuestros contemporáneos parecen temer que, por una excesivamente estrecha vinculación entre la actividad humana y la religión sufra trabas la autonomía del hombre, de la sociedad o de la ciencia.» Y sigue aclarando:» La investigación metódica en todos los campos del saber, si está realizada de una forma auténticamente científica y conforme a las normas morales, nunca será en realidad contraria a la fe, porque las realidades profanas y la fe tienen su origen en un mismo Dios».
Ciencia y fe se complementan. El Dios y la Iglesia en que yo creo bendicen la ciencia y la tecnología en todos sus frentes y animan a los científicos y teólogos a utilizar sus descubrimientos en bien de toda la humanidad. No obstante, hay que rechazar la utilización destructiva y deshumanizadora, porque, aunque «la ciencia no delinque», el científico sí puede hacerlo cuando se desvíe de la búsqueda auténtica de la verdad. Así mismo, aunque la fe no destruye la libertad del ser humano, sin embargo hay que rechazar toda carga o yugo religioso que esclavice al ser humano.