«No podemos callar: la injusticia y la pobreza van creciendo»
«Son injustos e inmorales los recortes de las prestaciones sociales, sobre todo en sanidad y educación»
Pedimos más claridad en todos los ámbitos de la economía eclesiástica, desde el Vaticano hasta el obispado, parroquias, patronatos y fundaciones
El Fórum Joan Alsina, integrado por casi cien capellanes de la diócesis de Girona, ha reclamado «una voz crítica de la jerarquía eclesiástica» contra las injusticias económicas que ahondan la crisis y ha pedido que los bienes de la Iglesia se usen para paliar la pobreza que viven muchas familias.
Bajo el título de «No podemos callar: la injusticia y la pobreza van creciendo», los sacerdotes que integran este fórum denuncian que «no oímos la voz crítica de la jerarquía eclesiástica, tan insistente en otros temas, ante la grave situación que vivimos».
Entre otras cosas, el documento pide que «cuando hay tantas personas sin vivienda, hay que replantear el uso de los bienes eclesiales, viviendas y locales de la Iglesia».
«Sería testimonial -añaden- que parte del patrimonio de objetos ostentosos de culto se use para paliar la situación de muchas familias. Pedimos más claridad en todos los ámbitos de la economía eclesiástica, desde el Vaticano hasta el obispado, parroquias, patronatos y fundaciones».
Los capellanes denuncian «el sistema perverso y ladrón de los denominados mercados y de la economía especulativa, que los gobiernos mantienen como legal, cuando de hecho es totalmente injusta, tiránica, ciega e inmoral, y se amparan personas y entidades con nombres y apellidos».
También exigen «transparencia en todas las instituciones sociales, políticas y eclesiales».
El documento, que fue aprobado anoche, describe una crisis que ha provocado desahucios, precariedad, desempleo, pobreza, colas en Cáritas, personas buscando comida en los contenedores y durmiendo en los cajeros «y se prefiere suprimir camas de hospital que escaños del Senado», denuncian.
«Estamos sufriendo una dictadura de los mercados especulativos (…) y la ideología y la imposición del neoliberalismo económico, que fomenta la codicia y el lucro de unas minorías, recorta y anula los derechos más fundamentales de muchas personas y familias condenándolas a la pobreza», escriben los capellanes gerundenses.
«Parece que todos seamos cómplices de la cada vez más injusta situación actual, porque no nos atrevemos a denunciar claramente cómo se ha llegado hasta aquí y quiénes son los responsables», opinan los integrantes de este fórum.
Tras resaltar la tarea de muchas entidades de la Iglesia, como Cáritas, «vemos también que una buena parte de la jerarquía eclesiástica sigue con ceremonias ostentosas y anacrónicas, utilizando objetos ricos y valiosos propios de museos, que contrastan con la sencillez y autenticidad del Evangelio de Jesús».
«Con la excusa de la salida de la crisis, se están violando impunemente derechos humanos básicos, como son el trabajo y la vivienda. Por este camino no se ve ninguna salida de la crisis, en cambio se pierden puestos de trabajo y se recortan derechos laborales y sociales, sindicales y salariales. El paro, la falta de subsidios, la pobreza que va creciendo son un ataque a la dignidad de personas y familias», añaden los capellanes.
Los sacerdotes critican que «los gobiernos, en vez de actuar para frenar la especulación económica, ignoran o reprimen la justa indignación de quienes exigen trabajo y vivienda».
«Son injustos e inmorales los recortes de las prestaciones sociales, sobre todo en sanidad y educación. Habría que pensar si no lo son también los políticos que las realizan», abundan los sacerdotes, que reclaman la exigencia de responsabilidades penales «para los profesionales corruptos que tienen sueldos escandalosos o que se han adjudicado indemnizaciones millonarias o pensiones vitalicias al dejar entidades financieras». (RD/Efe)