Enviado a la página web de Redes Cristianas
En estos días varios miembros de la jerarquía de la Iglesia concurren a los tribunales de justicia, requeridos para testificar en la demanda civil que víctimas de abusos, cometidos por el presbítero Fernando Karadima Fariña, iniciaron contra el Arzobispado de Santiago por responsabilidad institucional negligente en la manera de abordar las denuncias recibidas. Producto de esa demanda, los querellantes solicitan una indemnización de 450 millones de pesos por perjuicios, además de un gesto público de arrepentimiento y perdón.
En marzo de 2015 se realizó una audiencia de conciliación entre las partes, la que terminó sin acuerdo porque el Arzobispado ha insistido en negar toda responsabilidad negligente o de encubrimiento de los abusos cometidos por el ex párroco de El Bosque.
La vasta experiencia jurídica internacional en estos casos ha obligado a muchas diócesis del mundo a indemnizar a las víctimas de abuso, atendiendo a la estructura jerárquica de la Iglesia. Ello porque habiendo sido conocidos los delitos por los superiores, éstos no actuaron debidamente para sancionar o impedir que sus autores siguieran delinquiendo.
A partir de los hechos descritos, y considerando que la Iglesia es una comunidad de creyentes que se comprende como Pueblo de Dios, donde sus miembros están todos llamados a testimoniar, con la propia vida y con obras, la plena vigencia de las enseñanzas del Evangelio, un grupo de fieles cristianos laicos y laicas de la Iglesia, sentimos el deber moral de declarar:
1. Los hechos revelan que dentro del Pueblo de Dios, algunos de sus miembros, investidos por el carisma jerárquico, no actúan conforme al imperativo evangélico, descuidando la obligación primaria de estar al lado de los débiles y defender sus derechos que, en este caso, son los de las víctimas de abusos cometidos por el clero.
2. Consecuente con lo anterior, consideramos que es una obligación moral de toda la Iglesia testimoniar con actos y gestos el deber de resarcir el daño infligido por algunos de sus miembros a personas inocentes, ya sea mediante actos de compasión, de denuncia, de sanación, de arrepentimiento y también de justicia, como asumir las responsabilidades pecuniarias que corresponda.
3. Las circunstancias de ver a algunos de los pastores defendiendo a nuestra Iglesia de una demanda justa provoca desconcierto y perplejidad; razón por la cual nos preguntamos ¿De qué la defienden?
4. Si lo que se busca cautelar es el patrimonio económico, como contribuyentes de la Iglesia manifestamos que los aportes que realizamos los fieles no pueden dejar de ser destinados a reparar los daños que en justicia deben ser atendidos prioritariamente.
5. Con los ojos de la fe, vemos en dicha demanda una oportunidad providencial para testimoniar el desprendimiento material, que siempre debe acompañar los actos de quienes tienen responsabilidades en la Iglesia, y para reencontrar el rumbo de aquella
pobreza olvidada que, tanto acerca la Iglesia a los predilectos de Dios, especialmente en tiempos en que hemos visto demasiado apego a los bienes materiales y monetarios.
6. Interpretando el sentir de muchos y muchas, manifestamos nuestra cercanía y apoyo a las víctimas de los delitos de abusos cometidos por el clero, agradeciendo el valor que han tenido al denunciar tan horrendas experiencias porque no sólo han debido cargar con el daño de los abusos, sino que además con el recelo y descalificación una vez que han hecho pública sus denuncias.
7. Nos unimos a las palabras que el papa Francisco compartió en Filadelfia a personas abusadas por el clero, donde dijo: “lamento profundamente las veces en que ustedes o sus familias denunciaron abusos pero no fueron escuchados o creídos. Sepan que el Santo Padre les escucha y les cree. Lamento profundamente que algunos obispos no cumplieran con su responsabilidad de proteger a los menores. Me comprometo a seguir el camino de la verdad, dondequiera que nos pueda llevar. El clero y los obispos tendrán que rendir cuentas de sus acciones cuando abusen o no protejan a los menores.”
“Les aseguro que lo que hayan hecho a uno solo de éstos, mis hermanos menores, me lo hicieron a mí” Mt 25, 40
Antonio Bentué B.
Álvaro Ramis
Raúl Rosales C.
Luis Meza M.
Celso Rocha M.
Marco Antonio Velásquez U.
Francisco Ramírez C.
Roberto Sánchez S.
Paola Lisboa C.
Luis Ramírez
Cecilia Quinteros D.
Lucía Caballero C.
Jaime Arellano A.
José Manuel Ugarte S.
Juan Subercaseaux A.
Fernando Etchegaray V.
Loreto Fernández
Judith Schönsteiner
Andrés Opazo B.
Laura Yáñez G.
Luis Cano
Juan Cristóbal Cantuarias C.
Rogelio Correa
Sebastián Poblete C.
José Antonio Zavala
Carol Crisosto C.
María Alejandra Bauerle R.
Sergio Lozada S.
Jeanette Pérez J.
María Angélica Aguero
Jaime Alonso Miranda C.
Marcia Stella Quinteros D.
Ana María Olguín S.
Lina Tudela P.
Patricio Véjar M.
Gustavo Madrid A.
Natalia Cerda A.
Juan Andrés Insunza B.
Rosa Ester Pavez S.
Silvia Oyarzo A.
Sixto Salazar S.
Alfredo Loyola J.
Antonio Vacca C.
Teresa Beiza O.
Carlos Ortiz V.
Pedro Rodríguez C.
Jessica Sandoval B.
Carlos Felipe Illanes A.
Celia Loreto Araya G.
Rody Gárate A.
Rufino Arce P.
Fernando Covarrubias
Osvaldo Aravena
Pablo César Aranda R.
Pablo Rivas P.
María José López Ll.
Lucas Murillo V.
Andrés Santibáñez V.
Freddy Norberto Paredes J.
Larry Gárate
Marcos Cárdenas J.
Pedro Isaías Villagra C.
Juan Manzo J.
Hugo Alfonso Dimter P.
Andrés Gómez R.
Daniela Cayún N.
Osvaldo Guillén M.
Eduardo Pinto G.
Melissa Lineros S.
Felipe López S.
Ignacio Mackenney C.
Ximena Cayupi H.
Marcelo Matamala G.
Pedro Kortman Q.
Camilo Mancilla C.
Susana Valencia J.
Jorge Márquez U.
Osvaldo Chacón C.
José Miguel de la Vega A.
Benjamín Walker E.
Benjamín Alonso Rodríguez S.
Javier Carlos Brain Á.
María Angélica Urra R.
Mario Patricio Estay V.
Juan Eduardo Erices R.
Eduardo Barahona K.
Rosita Elena del Río C.
Ricardo Hernán Contreras D.
Juan Pablo Canessa M.
Katty Barraza
Enrique Fulla
Nadia Navarro S.
Julio Ignacio Baeza M.
Matías Gallegos J.
Rodrigo Aravena E.
Patricio Jiménez P.
Andrés Perry V.
David A. Amat-Rodríguez
Mijaíl Gómez Araya
Juan Carlos S. Claret P.
Santiago, 02 de Noviembre de 2015.