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Discapacitación o discriminación.
Lo que debemos saber, lo que tenemos que cambiar.
Siempre han estado ahí, pero ahora se les ve más. Son seres con alguna minusvalía física o psíquica sobre los que la sociedad ha construido muchos prejuicios, ignorando la experiencia vital de las personas cuyos cuerpos se apartan de lo que consideramos «normal».
Ahora les llamamos personas discapacitadas o con diversidad funcional, una rectificación linguística con la que queremos superar la discriminación que sufren. Discriminados han sido porque se interpreta su diferencia como inferioridad o defecto. Nuestra literatura o pintura, tan dada a bufones y enanos, está llena de ejemplos.
Una modalidad de ese maltrato es la manía de exhibir, como prueba de superación personal, casos de minusválidos que son capaces de batir huevos con los pies, o de correr con piernas ortopédicas tan rápido como los atletas con piernas propias o subir al Everest siendo ciego. Se instrumentaliza la minusvalía sea para mandar el mensaje de que el que no triunfa es porque no tiene voluntad, sea para ahorrar a los políticos la responsabilidad de quitar obstáculos en la vía pública para hacer lo cotidiano. Si se puede triunfar a base de esfuerzo, el que no salga adelante es porque no se empeña. Como si lo importante fuera subir al Everest y no fuera poder llegar al centro de trabajo sin tantos obstáculos.
Lo que pretendemos con esta nueva sesión de la Cátedra Santo Tomás es dejarnos ayudar por quienes viven esa discapacitación para que sepamos comprenderles y saber qué debemos hacer. Se trata de superar la discriminación que les inferimos y de crear condiciones materiales que les facilite la existencia. Tiene sentido que en un espacio como esta Cátedra, dedicado a reflexionar sobre religión y sociedad, se aborde este problema porque en las palabras y hechos de Jesús de Nazareth seres marginados como los cojos, ciegos o tullidos tiene un trato preferente, como dando a entender que la salud moral de una sociedad depende de cómo se relacione con estos seres dejados de lado y que reclaman una atención específica.
Avila, ciudad particularmente comprometida en facilitar la movilidad de los discapacitados, va a tener la ocasión de cultivar su sensibilidad, asistiendo a la representación de una obra teatral, «Mi piedra rosetta», que trata de la discapacitación, con actores que padecen deficiencias motrices o sensoriales. Como es habitual, una serie de conferencias desarrollarán en los días sucesivos aspectos del tema general «discapacitación o discriminación»: Melania Moscoso tratará del tema «El discapacitado como diferente»; Pedro Juan Alonso hablará de «Los encuentros de Jesús con los discapacitados» y la semana acabará con una mesa redonda a cargo de asociaciones abulenses.
PROGRAMA:
Lunes, 19 de Mayo: Representación teatral de la obra «Mi piedra rosetta» de José Ramón Fernández
Compañía Palmyra Teatro
Dirección: David Ojeda
Elenco: Tomi Ojeda, Jesús Barranco, Patricia Ruz, Manu Colinas, Iris Jugo
Iluminación: Cova Mejía
Dirección Musical: Carlos Ramos
Coreografía Patricia Ruz
Asistente de Dirección: María Solanas
Coordinación Artística: Sara Akkad
Técnicos de Accesibilidad: María Solanas y Sara Akkad
Asesoría y Traducción de Lengua de Signos: Noemara
Subtitulación y Audiodescripción: CESyA y Elena Flys
Martes, 20 de Mayo:
Ponencia: El discapacitado en cuanto diferente.
Ponente: Melania Moscoso, Investigadora del CSIC
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Miércoles, 21 de Mayo:
Ponencia: Los encuentros de Jesús con los discapacitados.
Ponente: Pedro Juan Alonso Merino, teólogo dominico
Jueves, 22 de Mayo:
Mesa Redonda: La discapacidad, desafío y compromisos para la sociedad.
Participantes: Representante de Servicios Sociales de Avila
Noelia Cuevas Concejala de Avila; Angeles Bachiller Concejala de Valladolid; Luis Moreno y Carlos Canelo (Pronisa).
NOTA: Las Conferencias tendrán lugar en el Aula Magna del Monasterio de Santo Tomás, en Avila, a las 7.00 p.m. El lugar para la representación de la Obra de teatro se indicará en su momento.