Catastróficas Lluvias Torrenciales en Nasca (Perú). El desierto más seco del mundo se ahoga, y con él nuestr@s amig@s y nuestros niñ@s. Ayuda… -- Manuel Maria Alvarez Martinez

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Querid@s tod@s, saludos preocupados desde Cádiz, España.
Como bien sabéis, María y yo tenemos un pedazo inmenso de corazón guardado entre las rocas y la arena del desierto de Nasca. Hace dos días que miramos con ansia y miedo las pocas noticias que nos llegan del otro lado del mundo acerca de algo sorprendente y catastrófico, y es que en le desierto más duro del planeta, en el cual vivimos un año maravilloso con sólo cinco minutos de lluvia, no para de llover y está destruyendo toda la parte alta de Nueva Villa, lugar paupérrimo y abandonado por las autoridades y el hogar de más de mil familias en chozas de bambú y cañas, que han perdido cuando menos su hogar.

En aquella tierra sin nubes, la tradición manda que cada febrero se celebre una particular fiesta de Carnaval. Unos a otros se tiran cubos de agua para celebrar una tradición que viene de antaño y que se amoldó a las tradiciones cristianas: la gente del desierto, donde el agua vale más cara que en Europa, se lanza agua que acaba cayendo sobre la Pacha Mama (Madre tierra en kechua), para pedir al cielo ese néctar incoloro de la vida, que da color a la pobre tierra que acoge a los auténticamente pobres del mundo.

Divina ironía esta lluvia intolerable para un pueblo de chavolas que malvive como buenamente puede a los designios de un cielo que amenaza con caérseles encima. No era suficiente con ser el lugar de todo el Perú con mayor índice de tuberculosis, o con no aparecer casi ni en los mapas, o con el hecho de sólo contar con un pequeño centro de salud en el que trabajan en modo cooperativo no más de cinco doctores y algun@s enfermer@s, sin ni siquiera una simple ambulancia. Y atienden a una comunidad de más de mil familias, es decir unas cuatro o cinco mil personas.

No sabemos aún en qué condiciones ha quedado nuestra aldea infantil. Sólo sabemos que l@s jóvenes voluntari@s de la Asociación Enfants des Andes (Niños de los Andes), se están comportando como héroes y que la mano firme de La Madre, Marie-Therese Martínez, presidente y alma de esta pequeña asociación francesa, les dirige con fé inquebrantable achicando agua, remendando techos y cuidando de nuestr@s niñ@s y vecin@s.

Tengo cientos de amig@s en Nueva Villa que pueden haberlo perdido todo y pido a Dios que el daño sea el menor de los posibles.

Ahora mismo veo al señor Valentín trabajando con el bueno de Roger. A la vecina de enfrente en su pequeña tiendecita de comestibles. A todas y cada una de las madres de mis niñ@s, es@s que me llamaban Taita Manuel…

Este Padre honorífico que sin duda alguna no merece un nombre tan grande, está muy asustado y preocupado por todas las buenas personas que conoció en el Perú, y se siente impotente porque no puede hacer nada más para ayudar que pedir humildemente ayuda a tod@s los que crean que pueden aportar algo.

Aún estoy a la espera de que la Asociación diagnostique las consecuencias de estas lluvias que aún hoy continúan, y que me digan en qué podemos realmente ayudar. En dicho momento volveré a escribiros por todos los canales que tengo para explicar qué se necesita y sopesar lo que cada cual pueda aportar a esta noble causa.

Aquí os dejo el enlace a la web de la Asociación: http://www.enfantsdesandes.org/blog/?p=480&cpage=1#comment-5608 y adjunto a este correo, podréis observar fotos de ayer de la Aldea y la Comunidad, y leer el testimonio en primera persona de la Madre, María Teresa, una de las mujeres más fuertes que he tenido el honor y el orgullo de conocer y la suerte de amar.

María y yo, así como la Asociación Enfants des Andes, os dan las gracias por estos minutos de atención y os piden que si habláis con Dios le pidáis por nuestra gente, y que si no creéis en él, mandéis mental y espiritualmente toda la energía positiva que hoy tengáis para allá.

Gracias y un saludo.

Salud y Amor