Rumores de angeles
Por su impagable servicio de tantos años a la reflexión teológica y al ‘santo pueblo de Dios’
«Pepe era una persona especial, que llamaba la atención por su sabiduría, por su empatía y por su humildad, pero sobre todo porque se hacía querer»
«Eran tiempos de invierno eclesiástico y Castillo decide salir de la Compañía físicamente, sin dejar nunca de pertenecer afectiva y realmente a ella. Otro jesuita sin papales, en la estela de José María Díez Alegría» Ver noticia original en …