“NACIDO DE MUJER”
Las parroquias de la zona norte de la ciudad de Granada, siguiendo la trayectoria de reflexión del curso, ofrecemos nuestra carta de Navidad.
Jesús entrará en estos días de Navidad en nuestras casas, casi de incógnito, como lo ha hecho siempre; así ha querido Dios aparecer cerca de nosotros, compartir nuestros sueños y preocupaciones, caminar a nuestro lado, sin forzarnos, casi pidiendo permiso, desde abajo, haciendo sagrado lo que nos empeñamos en declarar impuro y malo.
Este es el verdadero misterio de la Navidad. San Pablo lo comprendió muy bien, y cuando quiere explicar la importancia de esta decisión de Dios acude al principio y origen, “nacido de mujer”(Gal. 4,4), o lo que es lo mismo, de nuestro mismo pellejo, con las mismas limitaciones y posibilidades; porque nacer de mujer, aunque parezca “conocido y lógico”, es en realidad el reconocimiento de que Dios comienza desde abajo, sin trampa ni cartón, asumiendo hasta las últimas consecuencias nuestra humanidad.
“Nacido de mujer” coloca a Jesús de Nazareth en el lugar escogido por Dios para comenzar su obra de salvación, desde los últimos, desde aquellos que son más débiles, a los que decimos sí, pero seguimos negandoles la razón. Y entonces, como ahora, el lugar de los últimos lo ocupa, mejor que nadie, la mujer.
No parece comprensible que, con los avances sociales y leyes particulares de promoción y paridad, con ministerios de igualdad, en momentos decisivos, cuando la crisis aprieta, vuelva a ser la mujer quien sale peor parada. Ella se ve obligada a cargar con la cruz de la crisis en su preocupación diaria por la compra familiar, en los recortes de plantilla de las pequeñas y grandes empresas, en la vergonzante peregrinación a los despachos de asistencia de parroquias y centros sociales.
Esta crisis es la más democrática de los últimos tiempos, nos afecta a todos, nos asusta a todos, pero, como siempre, se ceba con los más débiles, y entre ellos con la mujer de nuestros barrios humildes y obreros. Por cada empresario en crisis que levanta cinco minutos de revuelo informativo y llena páginas enteras de los grandes periódicos, descubrimos diez mujeres que tienen que volver a doblar la espalda para fregar escaleras que suben como los precios; diez mujeres que callan y sufren ante el dolor de su pareja, que a veces descarga su impotencia y hundimiento sobre lo más débil que tiene a su lado; diez mujeres que se saben víctimas de todo lo que pasa a su alrededor…
Las mujeres, al igual que María, son las elegidas por Dios, porque en ellas se concentra lo último, débil y olvidado que tiene la humanidad. Ellas son las que nos permiten aspirar al cambio y mantener el equilibrio y la serenidad cuando el entorno se tambalea; todo lo que Dios encontró en la humanidad para hacer algo nuevo, comenzando en Jesús de Nazareth, “nacido de mujer”, de María, surgió de la más absoluta debilidad para enseñarnos la más absoluta fortaleza.
Nuestra sociedad, en crisis, es también “nacida de mujer” cuando pone su fuerza y su vigor en los más débiles, que son quienes transforman su destino para dar a luz una nueva esperanza.
Feliz esperanza. Feliz Navidad
Fdo: Arciprestazgo de Cartuja