Carta de Manuel Ossa en relación a la renuncia del Papa

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Queridas amigas, queridos amigos y compañeros
Todos estamos al parecer bajo la impresión de la renuncia papal.
Lo que para mi ha sido más fuerte es caer en la cuenta de la corrupción insuperable en que ha caído la Curia vaticana, y que precisamente lo insuperable de esta corrupción ha sido el motivo determinante de la renuncia de Benedicto XVI.

Si esto es así y si el renunciado no tuvo el coraje o la fuerza para desenmascarar claramente esta corrupción, me parece que nos compete y nos urge adelantarnos a los pasos que va a ir dando esta misma Curia con miras a una elección que mantenga el status quo en el Vaticano. Creo que ese status quo es un escándalo, en el que nos cabe una responsabilidad no sólo a los católicos, sino a todos los que hemos optado por el seguimiento de Jesús. Se requiere de una nueva iglesia, distinta de la romana.

Por ello estoy pensando en reunirnos de algún modo como compañeros y compañeras de ruta, para hacer una lectura conjunta de la situación y diseñar una convocatoria más amplia cuyos puntos iniciales de acuerdo podrían ser los siguientes:

1. No podemos seguir admitiendo que todo siga igual y que el Colegio Cardenalicio sea el cuerpo elector del Papa. Si debe haber alguien – una persona o un grupo colegiado – que simbolice la unidad de la fe en el Dios de Jesús, esa persona o grupo debe surgir de un reconocimiento a partir de la base, y no un Papa elegido mediante un mecanismo que no consulta a las comunidades de todas las iglesias.

2. Invitamos a que las comunidades cristianas que se reúnen en barrios o localidades entren en un proceso de reflexión orante en busca de las formas que a ellas les parecerían más adecuadas para representar la unidad de todas y todos, en un espacio-Cristo donde todas las diferencias sean reconocidas y respetadas.

3. Esta invitación se extiende a cualquier forma de comunidades cristianas, y a todas ellas, sean éstas católicas o protestantes, evangélicas u ortodoxas, entendiendo por cristianos o cristianas a quienes hayan puesto su mirada en Jesús de Nazaret como inspiración, orientación y fuente en la búsqueda comunitaria por darle un sentido simplemente humano, respetuoso, cuidadoso y amoroso, en vez de competitivo, depredador y dominador, a la vida que todas y todos compartimos en nuestra época.

4. Este proceso de reflexión impondrá una moratoria a cualquier otro proceso eleccionario que se quiera desarrollar por las vías jurídicas ordinarias, en el supuesto de que todo el aparato jurídico y político de la iglesia católica y de cualquier otra iglesia cristiana debe reconocerse y declararse en receso hasta que las comunidades de base hayan estructurado una nueva legitimidad.

5. Se abre un sitio virtual (blog u otro) donde se pueda ir dando cuenta de los avances de este proceso de reflexión.

Un abrazo fraternal

Manuel Ossa
Centro Ecuménico Diego de Medellín
Santiago de Chile, 17 de febrero, 2013
ossa.manuel@gmail.com

Publicado en Amerindia