17-Octubre-2007
El profesor Aref Ali Nayed, cuyo artículo Invitación al Diálogo en el que reacionaba al Discurso de Ratisbona de Benedicto XVI publicó ATRIO hace un año, nos envía esta carta de la que es uno de los firmantes. Hace un año 38 musulmanes habían escrito ya una carta al Papa. Ahora son 138 y escriben no sólo al papa sino a todos los patriarcas ortodoxos y a los líderes de las iglesias protestantes. Publicamos el resumen oficial de la carta y, al final, rferencias completas sobre la misma.
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Una palabra común entre nosotros y vosotros
En el nombre de Dios, el Clemente, el Misericordioso
Los musulmanes y los cristianos forman juntos más de la mitad de la población mundial. Sin paz y justicia entre estas dos comunidades religiosas no puede haber una paz significativa en el mundo. El futuro del mundo depende de la paz entre musulmanes y cristianos.
La base para esta paz y comprensión ya existe. Forma parte de los principios más fundamentales de ambos credos: el amor por el único Dios y el amor por el prójimo. Estos principios se encuentran reafirmados una y otra vez en los textos sagrados del Islam y del cristianismo. Así, la Unidad de Dios, la necesidad de amarlo y la necesidad de amar al prójimo son el terreno común entre el Islam y el cristianismo. A continuación pueden verse algunos ejemplos:
Sobre la unidad de Dios, Dios dice en el Sagrado Corán: “Di: Él es Dios, el Uno / Dios, suficiente a Sí mismo” (Al-Ikhlas, Sura de la sinceridad 112, 1-2). Sobre la necesidad del amor de Dios, Dios dice en el Sagrado Corán: “Así invoca el nombre de tu Señor y se devoto a Él con una devoción total” (Al-Muzzammil, Sura del envuelto en el manto 73, . Sobre la necesidad del amor por el prójimo, el profeta Muhammad (la Paz y Bendiciones sean sobre él) dijo: “Ninguno de vosotros tiene fe hasta que no ama por el prójimo lo que ama por sí mismo”.
El Nuevo Testamento, Jesucristo (sobre él la paz) dijo: “Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es uno, y tú amarás al Señor tu Dios con todo el corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, y con todas tus fuerzas. Este es el primer mandamiento. Y el segundo es este: Tú amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos” (Marcos 12, 29-31).
En el Sagrado Corán, Dios Altísimo ordena a los musulmanes transmitir el siguiente reclamo a los cristianos (y judíos – la Gente del Libro):
“Di: ¡Oh, Gente del Libro! Venid a un acuerdo entre nosotros y vosotros: que no adoremos a otros sino a Dios, y no asociemos a Él cosa alguna, y que ninguno de nosotros escoja otro señor junto a Dios. Y si ellos no aceptan decid a ellos: Den testimonio de que somos aquellos que se han dado completamente a Él” (Aal ‘Imran, Sura de la familia de ‘Imran 3:64).
Las palabras: “no asociamos a Él cosa alguna” se refieren a la unidad de Dios y las palabras: “no adoramos a otro sino a Dios” son referidas a ser completamente devotos a Dios. Por lo tanto ellas se refieren todas al “primer y más grande mandamiento”. Según uno de los más antiguos y más autorizados comentarios del Sagrado Corán, las palabras “ninguno de nosotros escoja otros señores junto a Dios” significan que “ninguno de nosotros debería obedecer a otros desobedeciendo a lo que Dios ha ordenado”. Esto se refiere al segundo mandamiento porque justicia y libertad de religión son aspectos centrales del amor al prójimo.
Así, en la obediencia al Sagrado Corán, como musulmanes, invitamos a los cristianos a encontrarse con nosotros sobre la base de lo que nos es común, que es también lo que hay de más esencial en nuestra fe y práctica: dos mandamientos de amor.
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A common Word: Página oficial en ingél y árabe donde se ha publicado el documento. Puede allí verse la lista de los 238 firmantes y enviar la adhesión al documento.
Texto íntegro de la carta en inglés, francés o italiano.