Carta abierta al Papa Francisco -- Pere Barceló

0
46

Enviado a la página web de Redes Cristianas

2ª Carta al Papa
Resumen de mi 1ª Carta al Papa Francisco
Papä Francisco ?Directamente quiero preguntaros si creéis posible que un papá sea capaz de imponer penas que duren toda la vida a cualquiera de sus hijos? Yo, papa de dos hijos y abuelo de otros dos nietos- , sería incapaz de condenar, de por vida, a un hijo o nieto nacido de mi sangre, a pesar de que confieso sinceramente que algunas veces me siento defraudado por alguna de las acciones de mis hijos,

Sin embargo, me siento avergonzado de pertenecer a un grupo humano, (acusado por mis propios hijos de ser tonto, de haber caído en el síndrome d?Estocolmo, y de no tener sensibilidad) lo que ? para más ?Inri??, lo confirmo al seguir como creyente y cristiano de a pie y como promotor de grupos de Jesús en mi parroquia natal.

Parece ? QUE la iglesia COMO GRUPO NO CREE EN LA REDENCI?N, ni en la rehabilitación de los penados, y que, por otra parte, son concedidos como privilegios a anglicanos convertidos, orientales?? Yo he trabajado años con drogadictos y para ello mi primer actode fe ha tenido que ser CREO EN LA REHABILITACI?N DE CADA UNO DE ESTOS MUCHACHOS, o no tan muchachos.

Vovlviendo a nuestro caso, me sigo preguntando¿cómo se puede tener fe en una institución que se autoproclama maternal, cuando sus castigos-amonestaciones no tienen como fin una terapia, sino una penalización perpetua con una exigencia anti natural, que llaman carisma?

A estos penados (curas secularizados), un día se les confió una gran mission y envió a predicar bondad, arrepentimiento, misericordia, perdón, acogida paterna i fraternal: misión difícil, arriesgada, y no siempre gratificante, pero maravillosa, que creo haber cumplido pero que no he encantrado en mi iglesia, mater et meretrix.

Ahora ? por muy imposible incomprensión que parezca ? aquellos jóvenes fueron ilusos que pretendían comerse el mundo, son hoy ancianos que después de infinidad de años de haber agachado con humildad su cabeza sumisa, aunque no callada, deciden y suplican la petición de muchos de ellos, (dicen que somos unos cien mil hijos), a los que un día la misma iglesia llamaba hijos predilectos y a los que confió la resonancia de la espiritualidad evangélica, para que, ahora para éstos, pidamos y pedimos que de una vez por todas se borren esas historias, epítetos de réprobos, renegados, traidores o apóstoles malditos.

Os pedimos que, sino como al excomunlgado Ministro Sandinista a quien le habéis devuelto el poder celebrar misa, por lo menos a los que estamos en la antesala de la muerte esperando nuestro final, PODAMOS PRESENTAR NUESTRA HOJA DE RUTA LIMPIA, celebrar nuestra última misa i despedirnos de los nuestros con la dignidad que espero nunca haber perdido.