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A los 10 días del paro nacional en Ecuador. Junio 22 de 2022.
?Derribó a los poderosos de sus tronos y exaltó a los humildes?? (Lucas 1,51).
Somos integrantes de la Iglesia de los pobres del Ecuador, que ha hecho suya ?la causa de Jesús de Nazaret??. Con la Iglesia Latinoamericana, sus mártires y profetas, hemos hecho la opción por los pobres y su liberación integral.
La situación catastrófica por la que estamos pasando en el país, a causa de la aplicación del modelo neoliberal, que antepone el dinero al bien de las personas, fomenta la acumulación de riqueza en pocas manos a costa del empobrecimiento generalizado de los trabajadores, utiliza la represión para vulnerar los
derechos humanos y las leyes laborales y mantiene la gran mayoría de los ciudadanos en un subdesarrollo físico, alimenticio y cultural desastroso, nos interpela a alzar nuestra voz. ?En todas partes las injusticias son una violencia. Y se puede decir, debemos decir, que la injusticia es la primera de todas las violencias, la
violencia número uno??, monseñor Helder Cámara de Brasil.
El descontento, abandono y explotación se manifiesta en la actual protesta social con un paro nacional. Después de varios intentos infructuosos de diálogo la CONAIE demanda respuesta a 10 planteamientos mediante un levantamiento. A estos reclamos y a este levantamiento indígena se han ido sumando las organizaciones sociales y el pueblo en general: Ya llevan 10 días y enfrentan una fuerte represión de parte del gobierno de Guillermo Lasso, que ha provocado hasta ahora la muerte de 4 personas,
5 personas que han perdido un ojo, más de un centenar de heridos y decenas de presos.
Empujados por el mismo espíritu de María, la madre de Jesús de Nazaret, reconocemos en los justos reclamos de los Indígenas y los pobres del país la voz de los humildes, que están exigiendo la sustitución de
una aparente democracia sometida a la dictadura del mercado por una economía solidaria y equitativa, hacia una comunidad mundial del bien común, donde todos seamos hermanos y hermanas, mediante el ejercicio de un auténtico amor político, como pregona el Papa Francisco en su carta ?Todos somos hermanos y hermanas??.
Por estas razones, nos identificamos con el levantamiento popular y pacífico de la CONAIE y de las demás Organizaciones Sociales porque ?una fe sin obras es completamente muerta?? (Santiago 2,14).
Apoyamos los 10 reclamos que se han presentado al gobierno y la Revocatoria de Mandato, que demuestran el incumplimiento del Plan de Gobierno, las privatizaciones y su baja credibilidad.
Denunciamos el uso desmedido de la fuerza por parte de la policía y el ejército, propios de una dictadura, a la vez que rechazamos los hechos violentos de ciertos manifestantes e infiltrados del gobierno.
Abogamos por un diálogo real y constructivo que incluya los diversos sectores de la sociedad ecuatoriana: Que se derogue el Decreto del estado de excepción 459, se reconozca la validez de las justas demandas de las mayorías ecuatorianas, que el gobierno se comprometa a satisfacerlas dejando sin efecto los acuerdos con el FMI (Fondo Monetario Internacional) y defendiendo la soberanía monetaria y alimenticia
de toda la población.
Queremos paz, una paz que es fruto de la fraternidad y de la justicia. Por eso llamamos a los pueblos de la Patria Grande a permanecer vigilantes y solidarios con nuestro país. Solicitamos a los organismos internacionales de derechos que se pronuncien de manera urgente ante las flagrantes violaciones de los Derechos Humanos a lo largo de este paro nacional.
Nos comprometemos a ?hacer propia la angustia de los pobres?? denunciar al injusto y al malvado??, siguiendo el ejemplo de monseñor Leonidas Proaño y otros pastores; a impulsar una mayor conciencia política basada en la ética del bien común; a construir un Ecuador fraterno, inclusivo y equitativo, porque reconocemos en todo esto la presencia y el crecimiento del reinado de Dios.
Firmamos:
Comunidad Eclesial de Base Abel Tacuri, de Guayaquil.
Colectivo Vigilia Permanente de Sucumbíos y Colectivo Pueblo de Dios de Sucumbíos.
Coordinadora de la Iglesia de los pobres del Azuay