Carta a mis hermanos sandinistas -- Fernando Cardenal (1995)

0
109

Enviado a la página web de Redes Cristianas

Hace 23 años que ingresé al FSLN paa comenzar la etapa más bella y ms apasionante de mi vida.. Fue para mi la forma de concretar en Nicaragua el compromiso por la causa de los pobres que había contraído tres años antes , luego de convivir con ellos y sus angustias por nueve meses en un barrio miserable de la ciudad de Medellin. Como sacerdote no dudé en entrar en la vida pública llamado por las exigencias de la realidad nicaragüense caracterizada por una dictadura y cruel y por la miseria , explotación e injusticia en la que yacía la mayor parte de mis compatriotas .

Actuaba inspirado por la palabra de los obispos del continente reunidos en la ll Asamblea General del Episcopado Latinoamericano en Medellín (1968) . Ahí afirmaron que ?La política es la forma más noble y más eficaz de ejercer la caridad ?.
Llegué a amar la Revolución Sandinista más que mi propia vida y siempre estuve dispuesto a sacrificar cualquier cosa por ella, incluso cosas muy queridas para mí. Por seguir mi conciencia que me pedía permanecer dentro de la revolución , acepté todas las presiones , censuras y castigos que me vinieron desde Roma.

La revolución triunfó un 19 de julio y se hizo gobierno. . desde la perspectiva de hoy , considero que durante esta etapa ciertamente se cometieron errores, pero que los logros y éxitos los sobrepasaron en número y en calidad.
Después de la derrota electoral en 1990 las cosas cambiaron radicalmente. Entre finales de febrero y finales de abril de ese año, una pequeña minoría de sandinistas que incluía a algunos altos dirigentes , se apropió para su beneficio particular de bienes del estado o del mismo Frente Sandinista . Estos actos de corrupción rompieron la tradición de honestidad sandinista y causaron al FSLN el daño más grande de toda la historia.

Luego, por lo menos desde comienzos de 1994 , se intensificó una desenfrenada lucha por el poder y una actitud de intransigencia e irrespeto que rompió la fraternidad sandinista. Se llegó a ataques bajos y sucios , calumnias y mentiras. La política, dentro del partido , se convirtió en politiquería. Los miembros de la Dirección Nacional o no quisieron o no fueron capaces de detener este torbellino.
Hice lo que pude para aportar soluciones , escribí carta a los miembros a la Dirección Nacional, me entrevisté con algunos de ellos , escribí artículos en los periódicos y expresé siempre mis principios en la Asamblea Sandinista. Todo sin éxito.

Este no es el FSLN al que entré y en el que disciplinadamente milité tantos años. He esperado todos estos meses que los dirigentes finalmente se pusieran a la cabeza de un gran movimiento in terno para restablecer la importancia de los principios éticos y propiciar un diálogo de altura. Después del Congreso Extraordinario , aunque dejé de asistir a las reuniones de la Asamblea Sandinista , todavía seguí esperando sin aceptar que no había nada que hacer. Ahora creo que ya no hay nada que esperar de la Dirección Nacional y de los que la rodean, aconsejan y apoyan.

Considero que mi conciencia y mis principios me piden renunciar a ese FSLN que ellos representan formalmente . Como sacerdote ya no tengo justificación para seguir militando en ese partido.
Dejo la militancia política, pero seguiré fiel , por todo el tiempo que me puede quedar de vida, a mi compromiso inicial ,la causa de los pobres . Después de la pérdida de las elecciones , unos cuantos antiguos compañeros de trabajo fundamos un organismo independiente dedicado a la alfabetización , la formación y la capacitación d dirigentes de movimientos populares, y a propiciar el desarrollo económico integral de los sectores campesinos más abandonados de nuestro país.

Con los pobres me encuentro en mi trabajo diario y en ellos descubro siempre el aliciente para seguir luchando.
Me desligo con tristeza porque creo que en la forma en que el aparato oficial está dirigiendo al Frente Sandinista, el éxito de la causa de los pobres se aleja cada vez más y se hace más incierto, más difícil .
Me quedo con el ejemplo de Sandino y de Carlos Fonseca, que tanto me ayudó a formarme como revolucionario y que tanto me inspiró en todos estos años . Me quedo con el amor y la devoción a nuestros Héroes y mártires ; por ellos seguiré poniendo donde pueda y como pueda mi pequeño grano de arena para que su muerte y sus sueños no hayan sido en vano.

Hermanos sandinistas de Nicaragua, compañeros de la solidaridad de todas partes, todos quienes en los últimos años en más de 70 ciudades de Europa han escuchado mis charlas sobre la Revolución Nicaragüense , les digo : el sandinismo no ha muerto , sigue muy vivo en el corazón y en la vida de miles de obreros y obreras, campesinos y campesinas , en miles de jóvenes y estudiantes, profesionales , artistas, pequeños comerciantes , poetas, trabajadores desocupados , lisiados de guerra, antiguos combatientes, intelectuales, hombre y mujeres en toda Nicaragua. Ellos nos dan la confianza suficiente para seguir creyendo que nuestra utopía es posible y que un día tendremos en Nicaragua una sociedad más justa, más fraterna, más solidaria, en una palabra, más cristiana.

Managua, 18 de enero 1995

Fernando Cardenal