Cardenal Hollerich: Mesas redondas porque no hay protagonistas del Sínodo

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

Fuente: Observatorio eclesial
En la introducción de la primera Congregación general del Sínodo, el relator habló de la horizontalidad de la experiencia sinodal, que no es un debate parlamentario, sino la necesidad captar la realidad de la misión de la Iglesia y ampliar la visión del mundo que sufre más allá de grupos o posturas, ya sean progresistas o conservadoras, pues lo importante es caminar con Cristo al centro.

El informe introductorio de la primera Congregación de la XVI Asamblea General del Sínodo de los Obispos, iniciada esta tarde en el Aula Pablo VI del Vaticano, a cargo del Relator General, el cardenal Jean-Claude Ho-
llerich, se inspira a la disposición circular de los asien-
tos y al Instrumentum laboris para recalcar son fruto de
la experiencia sinodal y ayudan a discernir el camino
que Dios pide recorrer.

?No estamos sentados en orden jerárquico, sino alrededor de mesas redondas, para favorecer el verdadero compartir y el discernimiento. La sala no está dispuesta así por razones prácticas o por decisión de la Secretaría del Sínodo, sino para reflejar la experiencia del pueblo de Dios en el camino sinodal iniciado en 2021?.

El Espíritu Santo es el protagonista
Un punto de vista singular el de las mesas redondas que atraviesa toda la alocución del purpurado, pues incluye tanto a aquellas personas que, aun habiendo sido elegidas para participar en la Asamblea sinodal, han
sido, algunas más o algunas menos, activas en el proceso, y que ?probablemente tendrán que esforzarse un poco al principio?, pero que no dejan de estar llamadas a dar testimonio de su experiencia.

?Las mesas redondas nos recuerdan también que ninguno de nosotros es el protagonista del Sínodo. El Espíritu Santo es el protagonista y sólo con un corazón plenamente dispuesto a dejarse guiar por el Espíritu
podemos responder a la llamada que hemos recibido
como miembros del Sínodo. Hablar del Espíritu Santo
no es olvidar que nuestra mirada está puesta en Cristo.
Al contrario, el Espíritu Santo hace presente a Cristo
aquí entre nosotros?.

Cristo en el centro
El Relator General recuerda que el Pueblo de Dios camina con Cristo al centro, es decir, grupos que están a su izquierda o a su derecha, delante o detrás, pero cuando todos ellos miran hacia al Señor, no pueden
evitar ver a quienes ocupan la posición contraria, aun-
que todos caminan con Cristo.

?En otras palabras, los llamados progresistas no pue-
den mirar a Cristo sin ver junto a ?l a los llamados con-
servadores, y viceversa. Sin embargo, lo importante no
es el grupo al que parezcamos pertenecer, sino cami-
nar con Cristo dentro de Su Iglesia».

Ver al mundo que sufre
El cardenal Hollerich reiteró que la Iglesia no está com-
puesta de ministros ordenados, sino por todos los bau-
tizados que participan en la misión que Jesucristo ha
encomendado, sin embargo, desde una perspectiva de
sinodalidad, es necesario captar la realidad de la misión
de la Iglesia y ampliar la visión, desde esta sala al
mundo entero.

?El mundo sufre, la tierra, nuestra madre y hermana,
grita, y con ella los pobres. El Santo Padre no puede
ser más explícito al describir los males que afligen a
nuestro mundo: el cambio climático -gracias Santo Pa-
dre por la nueva exhortación Laudate Deum-, las mi-
graciones, las guerras interminables, la polarización ex-
trema en la sociedad y también dentro de la Iglesia, y
un estilo de vida consumista que, en última instancia,
parece negar la existencia de Dios. Millones de perso-
nas sufren?.

En este contexto, el Relator general enfatizó que por
más análisis sociológicos, políticos y económicos que
se hagan, es necesario reconocer que la raíz de estos
males es el pecado, y por eso, como exhorta el Papa
Francisco, es necesaria «una conversión que cambie
nuestro comportamiento cotidiano.»

Una gramática de la sinodalidad adecuada a nuestro tiempo
Más adelante, el purpurado señaló que, así como la
gramática de nuestras lenguas cambia a medida que
evolucionan, la gramática de la sinodalidad cambia con
el tiempo, de allì que «la lectura de los signos de nues-
tro tiempo debe ayudarnos a descubrir una gramática
de la sinodalidad adecuada a nuestro tiempo».

No obstante, aclaró que en la gramática también ?hay
algunas reglas básicas que nunca cambian. Para noso-
tros, éstas son las reglas de la catolicidad, como la dig-
nidad que deriva del Bautismo; el papel de Pedro en la
Iglesia; la colegialidad episcopal; el ministerio ordena-
do; el sacerdocio común de los fieles y el hecho de que
están ordenados unos a otros?.

El Sínodo no es un Parlamento
?Mientras trabajamos en esta tarea ? puntualizó el car-
denal Hollerich – debemos tener siempre presente que
un Sínodo no es un Parlamento. En el Parlamento, los políticos debaten el texto A propuesto por la mayoría. La oposición propone el texto B. En el mejor de los casos, algunos puntos del B se introducen en el A (…)

Pero, en cualquier caso, es una estrecha mayoría la que decide
lo que toda la población debe aceptar?.
Este ejemplo sirvió al Relator General para reiterar que
en el proceso sinodal se parte del Instrumentum laboris,
ya fruto del proceso sinodal que ha implicado a todo el
Pueblo de Dios, y que está a la espera de un discerni-
miento. ?No se trata de una batalla entre posiciones A y
B? sino de un auténtico discernimiento, en el que el Es-
píritu Santo abre nuestras mentes y corazones a nue-
vas posiciones.

El método de la conversación en el Espíritu
Negada la fórmula de «debate parlamentario» para los
trabajos sinodales, el relator General explicó amplia-
mente cuáles modalidades, alternativas y procedimien-
tos se utilizarán para facilitar el discernimiento, así co-
mo el ?método de la conversación en el Espíritu? parti-
cularmente adapto al objetivo y al estilo de esta Asamblea.

?Espero que durante este mes de trabajo podamos ela-
borar una hoja de ruta para el próximo año, que luego
podamos confiar al Santo Padre. Idealmente, esta hoja
de ruta debería indicar dónde sentimos que se ha al-
canzado un consenso entre nosotros y especialmente
dentro del Pueblo de Dios, identificando posibles pasos
a dar como respuesta a la voz del Espíritu. Pero tam-
bién debería indicar dónde es necesaria una reflexión
más profunda y qué podría fomentarla?, concluyó Holle-
rich.

(vaticannews.va) 04/10/202