CARA Y CRUZ DEL PRIMER A?O DE BENEDICTO XVI

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La Vanguardia
El próximo día 19 hará un año que el cardenal bávaro Joseph Ratzinger fue elegido Papa y tomó el nombre de Benedicto XVI. Hacía pocas semanas se había llorado la muerte de Juan Pablo II. Ahora, al cumplirse este primer año, el pontificado de Ratzinger es analizado desde una pluralidad de perspectivas existente en la confesión católica.


Opinan: Josep Alegre, abad de Poblet; Pere Borrás, provincial de Jesuites de Catalunya; Pere Casaldàliga, obispo emérito de São Félix do Araguaia, comprometido con la teologia de la liberación; Teresa Forcades, médico, teóloga y monja de Sant Benet de Montserrat; Josep Miró Ardèvol, de E-cristians; Salvador Pié, teólogo en la Gregoriana de Roma; y Antoni Pujals, vicario de l´Opus Dei para Catalunya.

JOSEP ALEGRE Abad de Poblet «Tiene el calor de una fe acogedora»
– «Una persona del entorno del Papa decía: ¡Es fascinante escuchar a este Papa! Me parece peligroso que un Papa sea fascinante. Es fascinante contemplar la naturaleza en estos días en que despierta la vida nueva. Invita a alabar al Señor, fuente de la vida. No quiero un Papa fascinante. En cambio, es un Papa interesante en los aspectos que le conozco a través de sus gestos y su enseñanza. Hay aspectos nuevos e importantes para el diálogo, la unidad, el ecumenismo, su encíclica como sugerencia para un trabajo ulterior, sus enseñanzas que acentúan el tema de la verdad y pide colaboración y consejo de otros hombres de Iglesia. Se percibe en él un trabajo racional de un sereno intelecto, el calor de una fe acogedora, y una invitación a utilizar la razón unida al calor de la fe. Los creyentes lo necesitamos para hacer más creíble nuestra fe desde la unidad. Este Papa es el don que la Iglesia merece ahora y que recibe de Dios».

PERE BORR?S Provincial de los Jesuites de Catalunya «Liderazgo discreto y esperanzador»
– «Ha sido un tiempo de liderazgo discreto, serio, atento a la realidad y esperanzador. Da la impresión que es un pastor que mide palabras y gestos, buscando un equilibrio en el que todos se puedan encontrar a gusto. Por otro lado, su mensaje intenta ir a lo esencial: Dios es amor, fundamento de la fe que une el amor de Dios y el amor a los demás, especialmente a los excluidos. Como ejemplo de su preocupación por el sufrimiento humano, recientemente ha invitado a los creyentes a orar para que todos intensifiquen sus esfuerzos por consolidar los horizontes de paz que parecen abrirse en el País Vasco, recordando la misión de reconciliación que conforma el Evangelio.

De todos modos, muchos esperamos que el obispo de Roma, sea cual sea su persona, en comunión con todas las Iglesias cristianas, confirme en la fe a los creyentes y promueva una evangelización nueva: dialogando en profundidad con la cultura contemporánea, reconociendo los signos del Espíritu en todas las ideologías y personas de buena voluntad que intentan construir un mundo más humano y, por lo tanto, más divino».

PERE CASALD?LIGA Obispo emérito de São Félix do Araguaia «La cruz es el papado tal como está»
– «La cara del primer año del pontificado de Benedicto XVI es un cierto modo menos ostentoso, más sencillo, de presentarse el Papa en público y de dirigirse al mundo, sin invadirlo. En parte, y dentro de la camisa de fuerza que impone a los hombros del Papa una pesadísima tradición, Benedicto XVI evita protagonismos mayores. Cierto diálogo ecuménico con sensibilidad especial para la Iglesia ortodoxa, y diálogo también con el judaísmo y el islam. Su primera encíclica, por el tema y hasta por el tono, es bastante positiva. Con el colegio cardenalicio ha ensayado unos pasos de colegialidad… pasos que deberían darse, y muchos, con el colegio episcopal. En cuanto la cruz, la mayor es el propio papado tal como está constituido y el tipo de curia que existe hoy. Una cruz para el Papa, la Iglesia (para las iglesias), el mundo. También es cruz el control a nuestros pensadores (en teología, moral y pastoral) como en los casos del padre Masiá y del sacerdote indígena mexicano padre Eleazar. Un lamentable golpe ha sido la represión que ha caído sobre la iglesia de San Cristóbal de las Casas».

TERESA FORCADES Teóloga. Monja de Sant Benet de Montserrat «No menciona la teología de liberación»
– «La cara es su posicionamiento intelectual de fondo que denuncia sin miedos y sin concesiones las falsedades del relativismo moral (que torna irrelevante el diálogo y paradójicamente imposibilita la existencia de un espacio público no coercitivo) y las del racionalismo ilustrado y cientifista (que reduce la persona y las comunidades a mecanismos predecibles y manipulables según criterios objetivos). La cruz es su forma de tratar hasta el momento los temas de identidad sexual (feminismo y homosexualidad) y la teología de la liberación. En la primera parte de su encíclica Dios es amor,Benedicto XVI ha elaborado una antropología de la complementariedad femenino-masculino que no tiene en cuenta las vivencias ni las aportaciones críticas de los colectivos cristianos feministas y homosexuales; y en la segunda parte, al hablar de caridad y justicia, no ha mencionado para nada la teología de la liberación ni a ninguno de sus mártires y teólogos».

JOSEP MIR? ARD?VOL President de E-Cristians «Fidelidad a la herencia cristiana»
– «Como laico subrayo los ejes que él establece. Llama a inspirarse con fidelidad creativa en la herencia cristiana de Europa, reforzar la conciencia de pertenecer a una civilización común y la necesidad de derrotar la cultura que se difunde en Europa y que relega la manifestación de las convicciones religiosas a la esfera privada. Las políticas cimentadas en este fundamento – dice- repudian el papel público del cristianismo y amenazan la democracia cuya fuerza depende de los valores que promueve. El Papa recuerda que los principios no son negociables. Señala como básicos: protección de la vida, desde su concepción hasta su muerte natural; reconocer y promover la familia como unión entre hombre y mujer basada en el matrimonio y defensa ante los intentos de hacer que sea jurídicamente equivalente a formas radicalmente diferentes de unión que en realidad la dañan y oscurecen su papel social insustituible, y protección del derecho de los padres a educar a sus hijos».

SALVADOR PI? Catedrático en la Gregoriana de Roma «Afronta tres cuestiones clave»
– «Quienes esperen un gran cambio en el gobierno de la Iglesia quedarán defraudados. El Papa Ratzinger no le da prioridad por ahora. El carácter de transición de este pontificado quizás sea una clave teniendo presente la herencia de Juan Pablo II y la edad y talante del Papa actual. Pero la fascinante novedad de Benedicto XVI se constata en la finura teológica con que afronta tres cuestiones clave. 1) La interpretación del Vaticano II en clave ni de ruptura con el pasado ni de concilio menor por su talante pastoral, sino de reforma de la Iglesia. 2) La encíclica Dios es amor, que dialoga de forma genial con la experiencia humana ansiosa de amor a la cual el don del amor de Dios no niega sino que purifica y lleva a la perfección. 3) La dinamización de los contactos ecuménicos y la reconstitución del abandonado diálogo católico-ortodoxo copredido por Kasper y Zizioulas. La anhelada visita de reconciliación con Rusia está en el horizonte».

ANTONI PUJALS Vicario del Opus Dei para Catalunya «Ofrece salida a los conflictos»
– «Benedicto XVI asume a fondo su paternidad espiritual para toda la Iglesia y todos los hombres. Es uno de los intelectuales que mejor comprenden nuestra sociedad democrática y laica, sus seguridades y relativismos. Tiene una llamativa facilidad para no dejar de tocar las cuestiones esenciales con gran sencillez y claridad, y presentar con gran eficacia el Evangelio. Nos sorprende cada día con palabras e ideas nuevas muy apropiadas para el hombre y la mujer actuales. Su encíclica Dios es amor es un ejemplo. Ofrece salida a los conflictos que tensionan nuestra cultura. Propugna relaciones entre fe y ciencias modernas y otras culturas religiosas, y entre Iglesia y Estado democrático como las definió el Vaticano II. Se nota su amor a la eucaristía y su aprecio por la colegialidad. La cruz podría ser que no ha tenido aún suficiente tiempo para lograr la unidad de los cristianos, aunque se dan pasos, o para que Europa sea de nuevo gran promotora de la dignidad del hombre».