Cantar de todos los tiempos para salvar el amor -- José Aurelio Paz

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Cuando en su primer verso el Cantar de los Cantares comienza diciendo: ?¡Ah, si me besaras con besos de tu boca!/ porque mejores son tus amores que el vino??, por mucha abstracción poética que se quiera, siempre la relación humana y carnal del hecho viene al lector, el cual no puede sustraerse a pensar en la materialidad del acto mismo que muestra la imagen.

Al margen de que se diga que es uno de los tres libros de Salomón, contenido en el Canon de las Escrituras Hebreo, Griego y Cristiano, o que algunos comentaristas, debido a que no han podido comprobar totalmente la homogeneidad del texto, afirmen que es mejor hablar de una serie o cadena de cantos, nadie puede negar su contagiante belleza como expresión humana de lo divino.

Han dicho los exégetas que estamos ante una serie de cuadros y relaciones donde se evidencia el amor de Salomón por la Naturaleza, cuando los cantos contienen 21 nombres de plantas y árboles y 15 de animales, donde la plenitud de la belleza se hace permanente en un ambiente bucólico que encanta al más pasivo lector.

Otros afirman que es difícil, mientras se lee una relación contada de manera tan carnal, pensar en que se trata del maridazgo entre Jesucristo y la Iglesia, de modo que, entonces, muchos prefieren leerlo como un libro cargado de erotismo, en el cual se relata, así de simple, el romance entre un hombre y una mujer desposados, historia recreada en un entorno ideal y armónico, como hubiera querido Dios que fuera en el principio de la Creación.

En la edición de Estudio de la Reina Valera 1995, se dice que ?A lo largo de la historia, el sentido de las metáforas propuestas por el Cantar de los Cantares ha sido rechazado a pesar de su evidencia. A muchos intérpretes, tanto judíos como cristianos, les ha resultado impensable que, entre los demás libros de la Biblia, pudiera figurar uno de carácter secular, cuyo fin no fuera otro que festejar la dicha de los esposos unidos por un amor propiamente humano.??
También ciertos estudiosos ratifican que la acción poética tiene como escenario la parte Norte de la Palestina, en tanto existe una bien marcada familiaridad de las descripciones con el hábitat propio de esa región, de modo que alude a algo concreto y exacto.

A mí, en lo personal, todas estas razones tienen solo un valor subjetivo y me son ajenas cuando leo y releo, otra vez, cada uno de sus versos, desconocedor como soy de las intríngulis científicas del sagrado texto. Lo que me convence, por encima de toda especulación es EL AMOR que emana de cada una de sus líneas y esas imágenes que saltan, ante mis ojos, como gacelas asustadas por su propio sentimiento, ese que no tiene explicación, pero que nos va calando, profundamente, con su fina fragancia.

¿Quién puede negar la presencia de la coquetería femenina en una expresión como ?¡Qué hermosas son tus mejillas entre los pendientes/ y tu cuello entre los collares!??? ¿Ha de resistirse alguien a la ternura y la sensualidad que emanan del verso ?Mi amado es para mí un saquito de mirra que reposa entre mis pechos??? ¿Cómo poder negar el alto sentido sinestésico de un giro poético que ratifica: ?Susténtame con pasas,/ confórtame con manzanas/ porque estoy enferma de amor???

Estamos celebrando, otra vez, una fecha tan significativa para los eternos enamorados como el Día de San Valentín. Lo revelador, por encima de todo sentido escatológico que quiera buscarse en el texto bíblico, ha de ser la permanencia del AMOR como único instrumento salvador de la VIDA, demostrado desde la Cruz, por el propio Jesucristo, con una materialidad humana que nos sobrecoge siempre.

Y es que en la poesía ese vital sentimiento ha encontrado alas para manifestarse en vuelo permanente. ¿Acaso seríamos capaces de negar las conexiones ocultas entre aquel magno Cantar?? y lo mejor de la lírica de los siglos? ¿No se respira el mismo aliento en un Alberti cuando escribe: ?Oh tú, mi amor, yo canto a la armonía/ de tus perfectos senos la alegría/ al ver que se me abren cada aurora??.???

¡Cuánta razón la de Buesa!: ?No, Amor no llega tarde. Tu corazón y el mío/ saben secretamente que no hay amor tardío./ Amor, a cualquier hora, cuando toca a una puerta,/ la toca desde adentro, porque ya estaba abierta./ Y hay un amor valiente y hay un amor cobarde,/ pero, de cualquier modo, ninguno llega tarde.??

¿O en una Mistral cuando confiesa: ?Hay besos que producen desvaríos/ de amorosa pasión ardiente y loca,/ tú los conoces bien son los besos míos/ inventados por mí, para tu boca?????

Sin dudas, le asiste toda la razón al escritor de origen ruso, Vladímir Nabokov, cuando dijo que ?Nuestra existencia no es más que un cortocircuito de luz entre dos eternidades de oscuridad???? Así mismo es el amor.