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La Festividad de la Virgen de Caacupé es cada año un motivo de júbilo para pueblo paraguayo. Es una fecha que moviliza a millares de fieles devotos hacia su Santuario Nacional. Para nosotros, Laicos Organizados, es además motivo de esperanza para el cambio, un cambio hacia una convivencia más justa y fraterna, mediante la difusión de la Palabra Divina y la Enseñanza Social de la Iglesia a los Peregrinantes y a todo el país.
Nos dice el Vaticano II que la verdadera devoción a la Virgen debe impulsarnos a la imitación de sus virtudes (L.G. 67), entre las que resaltan: la obediencia al plan de Dios, la fidelidad a su Palabra, el espíritu de servicio, el coraje en el seguimiento de Jesús hasta su muerte en la Cruz.
Es mucho lo que nos puede enseñar este acontecimiento Caacupé 2019. Estemos abiertos al mensaje de la Iglesia, en esta difícil coyuntura de la vida nacional. Que lo escuchen los principales responsables del Bien Común que estarán presentes: Presidente de la República, ministros, jueces, fiscales, policías, parlamentarios, intendentes, gobernadores, políticos, funcionarios públicos, y ciudadanos en general.
Es una imperdible oportunidad para reflexionar sobre nuestra convivencia nacional, o sea sobre la Política del Bien Común, de capital importancia en la vida de la Nación. “Es de justicia que la Iglesia pueda dar su juicio moral sobre materias referentes al orden político, cuando lo exijan los derechos fundamentales de la persona” (G.S. 76). Y ciertamente lo exigen nuestros derechos fundamentales como: alimentación, salud, educación, vivienda, trabajo, seguridad. Derechos que son de necesaria y permanente atención para permitir una convivencia en paz y armonía. La paz es obra de la justicia y fruto del amor (Medellín). El desarrollo (“de todo el hombre y de todos los hombres”) es el nuevo nombre de la paz (Pablo VI).
PERO LAS INJUSTICIAS CONSPIRAN CONTRA LA PAZ
No se puede negar la verdad ni tampoco ocultarla. La verdad de las injustas desigualdades sociales que dominan en nuestro país. “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jn.8,32). “Hay que temer más al escándalo que produce el silencio y no al escándalo que proviene de la verdad” (S. Juan Crisóstomo). ESTA VERDAD NOS OBLIGA A DECIR:
AL SEÑOR PRESIDENTE: Que la defensa y protección de nuestra soberanía sea una prioridad nacional, así como la lucha contra la corrupción que está minando los cimientos de la Nación.
A LOS JUECES Y FISCALES: Que la justicia no siga siendo la conveniencia de los más fuertes (económica o políticamente más fuertes), en perjuicio de los más débiles y con menos posibilidades de hacer valer sus derechos.
A LOS INTENDENTES Y GOBERNADORES: El uso indebido de los fondos de Fonacide y royaltíes es un robo al país y al futuro de nuestros niños. Además de la decepción para los electores que les dieron su confianza en las urnas.
A LOS PARLAMENTARIOS: Basta de nepotismo y de planillerismo. No hagan más pesada la burocracia improductiva, sostenida con el sudor del pueblo contribuyente.
A LOS FUNCIONARIOS PÚBLICOS: No acaparen los recursos del Estado. Hay otras necesidades más graves y urgentes, como la salud de nuestra gente.
A LOS POLÍTICOS CRISTIANOS Y CATÓLICOS: Tengan presente la concepción cristiana del poder como servicio. Servir al pueblo y no servirse del pueblo. Cristo dijo que “vino para servir y no para ser servido” (Mateo 20,28).
VOLVIENDO LA MIRADA A LA IMAGEN DE LA VIRGEN, el Vaticano II nos dice también: “la verdadera devoción a la Virgen no consiste en un sentimentalismo estéril y transitorio, ni en una vana credulidad” (L.G. 67). Se trata de “Vivir el compromiso cristiano al servicio de los demás” (Pablo VI). La política “es ante todo un servicio al hombre” (Juan Pablo II). Todos los cristianos debemos entrar en esta política grande, la política del bien común, porque “el precio de desentenderse de la política es el ser gobernado por los peores hombres” (Platón).
APRENDAMOS DE LO QUE ESTÁ OCURRIENDO EN LOS PAÍSES VECINOS: Que las injustas desigualdades sociales; la brecha cada vez más grande entre los que tienen todo y los que no tienen nada, no lleguen a provocar lo que ya en sus días dijera el arzobispo Helder Cámara: la explosión de la “Bomba M” (o sea, la Miseria). Por tanto, “que los gobernantes se cuiden del cansancio de los buenos” (Pio XII).
La Iglesia nos muestra la realidad que tenemos, frente a la realidad que queremos. Caso contrario podría aplicársele lo que la misma Jerarquía Católica dice: “Existe una instrumentalización de la Iglesia, que puede provenir de los propios cristianos, sacerdotes y religiosos, cuando anuncian un Evangelio sin conexiones económicas, sociales, culturales y políticas. En la práctica, esta mutilación equivale a una cierta connivencia, aunque sea inconsciente, con el orden establecido” (Puebla 558).
QUE EL MENSAJE DE CAACUPÉ DESCIENDA DESDE EL CERRO COMO AIRE RENOVADOR. QUE SU SOPLO NOS IMPREGNE CON LAS VIRTUDES DE LA VIRGEN MARÍA. Y QUE EL ESPÍRITU MARIANO NOS IMPULSE A VIVIR LA FRATERNIDAD FUNDADA EN LA JUSTICIA Y EL AMOR.
Asunción, 28 de noviembre de 2019.
LAICOS POR EL CAMBIO “TETÄGUA REMIANADU”: Mario Urbieta, Carlos Garay, Pedro Parra, Juan Manuel Peralta, Rodolfo Romero, Virginio Torres, Dionisio Gauto, Josefina Frasquerí, Rosi Rolón, Margot Bremer, Bernarda Pino, y sigue la lista. Tel.: (021) 646 701, (021) 552 098.
Parra
Asunto: CAACUPÉ 2019