Enviado a la página web de Redes Cristianas
—El amor traspasa la muerte a través del otro amado:
pero no en su mera memoria sino en el recuerdo del corazón (cardiognosis).
—Así que uno sobrevive en el amor del otro: el cual hace del uno el dos y así sucesivamente.
—Dice el escritor argentino Darío Sztajnsrajber que el amor está sobrevalorado: pero lo que está sobrevalorado es su apellido impronunciable.
—Amo a los amigos con el amor que me legó la madre: matriarcalmente.
—He consultado nuestra patética foto infantil de familia huérfana: pero después de todo hemos salido todos adelante.
—Este mundo está embrujado: positiva y negativamente.
—Hoy vuelvo a la ciudad enamorada, de cuanto yo recuerdo ya no hay nada: cómo pudo perderse tanto ruido, tanto amor, tanta risa como se ha perdido (A.Gala).
—Si no llegas a viejo, te pierdes el final: y si llegas a viejo te pierdes al final.
—Asumir la vida es asumir la muerte.
—El minimalismo de la vida sometida a morir: y el maximalismo abierto de la muerte liberadora.
—El idealismo platónico-cristiano del filósofo ruso Florenski: y el reduccionismo materialista soviético que lo condenó a morir.
—Quizá este mundo no tiene trasmundo, pero sí intramundo: la intrahistoria de Unamuno.
—Parece que con la pandemia el cielo se haya roto, y sus restos nos caen sobre nuestras cabezas.
—Revertir la maldición que recae sobre nosotros: maldiciendo la maldición críticamente.
—En la vida solo nos acaba quedando la fuerza de lo débil: la vejez.
—Frente a Epicuro, si estoy yo (el hombre) está la muerte implícita: y si ya no estoy yo (el hombre) está la muerte implicada.
—La pandemia como revisión de nuestro triunfalismo: la compresencia del mal que acecha.
—Lo mío es un ajuste de cuentas con la vida: el haber y el deber.
—La gente cree o no cree, sabe o no sabe, quiere o no quiere: pero yo creo y no creo, sé y no sé, quiero y no puedo.
—Dios es la verdad absoluta o absolutista: dios es el sentido relacional y humano.
—El Dios del Antiguo Testamento es mayúsculo: Jesús es el dios encarnado del cristianismo.
—El Dios ausente: en un universo desbocado.
—Mi dios ceñido y ceñudo, amado herido y amante hiriente (Para Rafa Redondo).
—Parafraseando a O.Wilde, el profesor critica y contradice a otros, el filósofo se critica y se contradice a sí mismo.
—Vendemos a los demás lo que no tenemos nosotros mismos.
—Lo más crudo es cuando alguien, particular o empresario, se aprovecha de tu discapacidad, vejez o enfermedad.
—Piratas, estafadores, maleantes, mafiosos,mentirosos, ladrones: pero no quiero recaer en el odio, pues que hay sus contrarios positivos y admirables (incluso en la misma persona).
—La quimioterapia es irse muriendo a rachas en vida.
—El eterno retorno de lo mismo en Nietzsche revela la fijación estática del filósofo frente al auténtico devenir y su diferencia: la fijación en lo idéntico incambiable (fixismo).
—Pero hay otro Nietzsche que reconoce que todas las cosas están encadenadas, trabadas y enamoradas: es la cadena del ser como logos del eros o amor en coimplicidad.
—En la Iglesia del no, todo es pecado.
—La religión como religación liberadora o emancipadora: y no como atadura opresiva y represiva.
—La Iglesia debe abandonar su puritanismo y proyectar una espera o esperanza, una apertura trascendental, el espíritu de una fratria de la humanidad.
—En Aristóteles, el ser radical es la sustancia de los seres (la esencia): en la Escolástica el ser es la sustancia transcendente de los seres inmanentes (lo divino).
—En Heidegger el ser es la esencia existencial de los seres existentales o mundanos (la existencia): en mi filosofía el ser es el sentido simbólico o surreal de los seres reales (la implicación).
—Vivimos lo que otros no han vivido: y desvivimos lo que otros han vivido.
—En el mundo hay algo profundamente implicado y desconocido: pero qué es o quién es.
—Mi ordenador se desordena y me desordena: la mecánica no es cualitativa sino cuantitativa.
—Antropología: observar los rostros del otro, la cara de los transeúntes.
—La España tradicional y su ambivalencia: tiene su gracia y su desgracia.
—Políticamente hemos tenido un rey algo fogoso: pero ahora tenemos un rey algo sofocado.
—(Final) Sería diabólico pensar que hay un dios: y no nos quiere.