Blázquez: «No podemos perder la compostura» -- David Miró

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Bl?¡zquez1.jpgEl presidente de la Conferencia Episcopal responde a los duros
Los sacerdotes deben llevar con dignidad las dificultades que encuentran en su misión apostólica «sin echar las culpas a derechas o izquierdas». Estas palabras fueron pronunciadas ayer, e incluso repetidas en dos ocasiones, por el obispo de Bilbao y presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, durante un encuentro con sacerdotes en Barcelona y que le sirvió para lanzar un nítido mensaje a los que desde la Iglesia han decidido hacer campaña contra el gobierno socialista. «No podemos perder la compostura ni vivir amargados o con amargura», dijo ante un auditorio con quien cruzó miradas de complicidad, según han relatado a Público algunos participantes.

Blázquez relativizó las dificultades a la misión apostólica que algunos obispos afirman que ha provocado el actual gobierno socialista para sostener que «siempre han existido». Y fue más allá cuando advirtió que «quien en la dificultad se ofusca, la vive como un inconveniente». Por ello hizo un llamamiento a vivir las dificultades «con dignidad» para «pasar del desencanto al ardor del corazón».

Blázquez satisfecho

El presidente de la Conferencia Episcopal participó en la cuarta jornada del clero de las diócesis de Barcelona, Sant Feliu de Llobregat y Terrassa, un encuentro que reúne a sacerdotes y diáconos de los tres obispados que forman la provincia eclesiástica barcelonesa.

Uno de los asistentes, el sacerdote Francesc Romeu, explicó a Público que a Blázquez «se le veía muy satisfecho, se notaba que estaba a gusto en Barcelona y ha saludado a todos lo asistentes». Según Romeu, el prelado ha repetido en varias ocasiones que para él era «un gran regalo» poder compartir ese tiempo con los sacerdotes catalanes.

Ricardo Blázquez ha transmitido a los asistentes un mensaje de esperanza, aunque ha señalado como principales problemas a superar «la frialdad y el desinterés en relación a la vivencia religiosa, la debilidad institucional y la fragilidad de la Iglesia en la sociedad actual».

Para ilustrar sus palabras Blázquez ha echado mano de del pasaje bíblico conocido los discípulos de Emaús, donde dos seguidores de Jesús se sienten decepcionados después de la crucifixión y no son capaces de reconocerle cuando se les presenta en el camino. Al final Jesús se les hace presente en el momento de partir el pan. Conclusión: hay que perseverar y no dejarse vencer ante las primeras dificultades.

Candidato de la periferia

Ricardo Blázquez fue elegido presidente de la Conferencia Episcopal hace tres años contra pronóstico. Sus adversarios entonces, el cardenal de Madrid, Antonio Rouco Varela, y el primado de Toledo, Antonio Cañizares, lo volverán ser el próximo 3 de marzo. Las posiciones están muy igualadas. Blázquez representa a los sectores moderados y también a vascos y catalanes. Uno de los puntos que le separa de Rouco y Cañizares, además de la manera de relacionarse con el PSOE, es la necesidad de pedir perdón por la actuación de la Iglesia durante la Guerra Civil, como hizo de forma alambicada el pasado noviembre. Los duros no aceptan ni hablar de ello.