Felices quienes no pretenden ser más que una pizca de sal, un destello de luz, para ser la levadura de un mundo nuevo, dejando un regusto en el paladar y una brizna de esperanza a cada persona que encuentren en su camino.
Felices quienes se entregan generosamente en cada actividad que emprenden, y no exigen nada a cambio. Quienes saben perdonar las debilidades y pedir perdón por sus incoherencias. ··· Ver noticia ···
Inicio Revista de prensa espiritualidad Bienaventuranzas del Sermón del Monte -- Miguel Ángel Mesa Bouzas
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