BEATOS LOS 498 Y BEATAS, TODAS LAS VÍCTIMAS DE LA GUERRA CIVIL. Xavier Pikaza

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Religión Digital

Xavier Pikaza.jpgLa Conferencia Episcopal organiza una peregrinación masiva a Roma, el próximo otoño, para la beatificación de 498 mártires» de la Guerra Civil. Siguiendo los trámites canónicos, la Santa Sede ha aprobado la beatificación de los mártires. Me alegro mucho, pero me gustaría que la fiesta fuera en territonio hispano, como Ceremonia Conjunta (religiosa y civil), para «glorificar» juntos a los asesinados, de uno y otro lado, en asamblea de recuerdo y reconciliación, sin vencedores ni vencidos, sin buenos ni malos. Deberían participar los diversos grupos de la sociedad hispana, en silencio, reconocimiento y respeto. La iglesia llamaría a sus mártires «beatos»; otros llamarían a los suyos «víctimas o héroes». En los lugares públicos aparecìan siempre juntos, unos y otros, porque eso es Evangelio… y para no echar más leña a un fuego (como decía ayer M. de Unciti, en religiondigital)

Mártires de la guerra civil

Bajo el enunciado «Vosotros sois la luz del mundo», el documento anuncia a los católicos españoles que en el próximo otoño tendrá lugar en Roma «la beatificación de 498 hermanos nuestros en la fe, de los muchos miles que dieron su vida por amor a Jesucristo en España durante la persecución religiosa de los años treinta del pasado siglo XX».
En el documento la CEE afirma que «la beatificación que vamos a celebrar contribuirá a que no se olvide el gran signo de esperanza que constituye el testimonio de los mártires. De los del siglo XX en España, 479 han sido beatificados en once ceremonias a partir de 1987, y 11 de ellos son ya santos». Y explican que «casi quinientos han sido reunidos, esta vez, en una única celebración. Y, como en las anteriores ocasiones, cada caso ha sido estudiado por sí mismo con todo cuidado a lo largo de años. Estos mártires dieron su vida, en diversos lugares de España, en 1934, 1936 y 1937».

Quiénes son.

Sus biografías y fotografías, señala la CEE, y su relación con las diócesis actuales, se encuentran en el libro titulado Quiénes son y de dónde vienen. 498 mártires del siglo XX en España,, «Edice», Conferencia Episcopal Española, Madrid 2007.

2 Obispos (Cuenca y Ciudad Real)
24 Sacerdotes diocesanos
462 miembros de Institutos de Vida Consagrada (religiosos)
1 Diácono
1 Subdiácono
1 Seminarista
7 Laicos

Los 462 miembros de Institutos de Vida Consagrada masculinos y
femeninos, sin especificar el modo concreto de vinculación a cada familia
religiosa, ordenados de mayor a menor número, se distribuyen así:

98 O.S.A. (Orden de San Agustín ? Agustinos)
62 O.P. (Orden de Predicadores ? Dominicos)
59 S.D.B. (Sociedad Salesiana de S. Juan Bosco ? Salesianos)
58 F.S.C. (Hermanos de las Escuelas Cristianas ? La Salle)
47 F.M.S. (Hermanos Maristas de la Enseñanza)
31 O.C.D. (Carmelitas Descalzos)
29 O.F.M. (Orden Franciscana ? Franciscanos)
23 A.A.S.C. (Adoratrices Esclavas del Stmo. Sacramento y Caridad)
16 O.Carm. (Carmelitas. Orden del Carmen)
9 O.S.D. (Orden II de Sto. Domingo ? Dominicas)
9 O.SS.T. (Orden de la Stma. Trinidad ? Trinitarios)
4 C.M. (Carmelitas Misioneras)
4 M.SS.CC. (Misioneros de los Sagrados Corazones)
4 S.M. (Compañía de María ? Marianistas)
3 C.M.F. (Misioneras Hijas del Corazón de María)
2 F.H.M. (Franciscanas Hijas de la Misericordia)
1 O.P. (Orden de Santo Domingo ? Religiosa de clausura)
1 HH.C.a.CH. (Hermana Carmelitas de la Caridad)
1 O.SS.T. (Instituto de Hermanas Trinitarias, de clausura)
1 (Religiosa Carmelita de la Presentación)

Quiero elevar desde aquí mi homenaje a todos esos mártires y con ellos a las órdenes religiosas que han promovido su beatificación. Quiero recordar, además, que hay otros muchos, muchos mártires de otras órdenes religiosas (entre ellas mi Orden de la Merced) que no serán beatificados porque, por diversos motivos, sus órdenes no han promovido las causas de beatificación o lo han hecho tarde, de manera que sus mártires no aparecen en la lista.

Tres observaciones. Todas las sangres

Después de declarar que me uno totalmente a los mártires y a sus amigos (los promotores de las causas de beatificación), quiero destacar sin embargo algunas observaciones que deberían hacernos muy prudentes,antes de lanzar las campanas al vuelo de un modo partidista. Estos mártires no son de «nadie», no son propiedad de una Iglesia especial… son mártires de Jesús y de su Reino y su memoria ha de ir unida a la memoria de todos los mártires, de todas las víctimas de la historia, empezando por aquellos hombres y mujeres (incluso sacerdotes) que murieron también asesinados por la «otra España», la España de la Jerarquía oficial de aquel tiempo

a. La mayor parte de esos mártires (¡siendo mártires ellos!) fueron víctimas de una reacción brutal ante el hecho de que la jerarquía de la Iglesia católica apoyó masivamente el llamado ?movimiento nacional??, declarándolo cruzada. Ciertamente, estos mártires no fueron ?soldados??, no lucharon en la guerra, pero aquellos que los martirizaron lo hicieron, al menos parcialmente, porque los vieron como representantes (¡ciertamente débiles y sin culpa!) de una Iglesia combativa que luchaba contra la República, de una Iglesia que, a su juicio, no había promovido la justicia, ni había buscado el bien de los más pobres. Mientras esto no quede claro, mientras la jerarquía oficial no se desvincule de la iglesia que bendijo la ?cruzada??, mientras la Iglesia en su conjunto no reconozca su culpa en el surgimiento del ?anticlericalismo??, la beatificación de estos mártires no resulta clara, en línea de memoria histórica y de reconciliación.

b. Se dice que estos mártires murieron perdonando y estoy seguro de ello, porque me han contado de un modo personal la historia de bastantes de ellos (agustinos, salesianos??), de manera que aún se me pone la carne de gallina cuando recuerdo algunas de las cosas que sé, que me han contado de primera mano. Pero hubo, por el otro lado, miles de ?mártires?? que fueron asesinados porque buscaron la justicia y el bien de los más pobres: simples sindicalistas que quisieron elevar la dignidad de los obreros (¡eso es también Reino de Cristo!), campesinos que buscaron la igualdad y que no tuvieron más delito que ser pobres o justos?? Una Iglesia que beatifica sólo a los que son ?suyos de un modo real y legal?? y se olvida de los que fueron de Jesús (¡de un modo real!) y que murieron por defender cosas de Jesús?? corre el riesgo negar su fe en el evangelio, de olvidar su origen. Y no se diga que fue lo mismo en la iglesia del siglo II y III d. C. Los cristianos de aquel tiempo no formaban parte de un grupo de político y militar como fue la iglesia española de los años 1936/1939. No quiero condenar aquella Iglesia, pues de ella vengo, de ella venimos. Pero debo recordar que los ?mártires cristianos?? formaban parte de una dura contienda civil, donde la iglesia oficial no era en modo alguno inocente.

c. A mi juicio, una beatificación como ésta sólo tendría sentido cuando ?un día próximo?? se reuniera la lista de mártires cristianos, encabezada por un nombre simbólico, y se dijera ? San N. N. y los innumerables mártires de la guerra civil?? (de un lado y de otro). Habría que invitar a la ceremonia ?a los otros??, con una lista de los ?asesinados?? por la Autoridad del Movimiento Nacional, muchas veces con la bendición de la iglesia (de una jerarquía con nombres y apellidos concretos). Tendría que ser un día de reconciliación, de memoria reconciliada, no en Roma, sino aquí, en la estepa de Castilla o en un lugar simbólico de Andalucía o Cataluña (por poner un ejemplo). Nosotros, los católicos, podremos decir que miles de aquellos muertos (de un lado y de otro, fueron y son beatos ante nuestro Dios). Otros, que no sean católicos, pueden y deben llamarles ?víctimas?? de una contienda que no queremos repetir??Allí tendrían que darse la mano los herederos de un lado y de otro (muchos, como yo, nos sentimos heridos por las dos partes??). Esa ceremonia debería ser un ?día final?? en la línea de insultos y agravios?? un día de perdón o, por lo menos, de reconocimiento mutuo. Tendrían que ir obispos y partidos políticos, sindicalistas y gente de a pie. Si es una ceremonia a la que solo irán algunos, como parece (los de un lado??), estamos haciendo de la beatificación lo contrario de lo que debía ser.

Nota final. ¡Que pare la ceremonia, por favor!

Por eso, yo pediría a la CEE que parara esta ceremonia. Se lo pediría a Blázquez y Cañizares, por empezar con las autoridades primeras, con quienes he compartido cátedra y algún tipo de amistad durantes largos años?? Le pediría al Vaticano que se negara a beatificar de esta manera (no porque los 498 no sean mártires??, sino porque su beatificación será en vano o peor que en vano, si se hace de esa forma). Quiero que esos 498 no sean los mártires de un lado en contra del otro, sino hijos muertos de una durísima madre España dividida, hermanos de otros hermanos que murieron también asesinados. No hará falta recordar que en dos o tres lugares de la Biblia (por lo menos en Mt 23, 35 y en Ap 18, 24) se habla de ?todas las sangres??. Si se beatifica a esos mártires por separado, como parece, no se hará justicia a la voz de todas las sangres que claman a Dios desde la tierra.