Desde el Caribe – Lupa Protestante
«El remedio de los cristianos es este, mui cierto, que S. M. tenga por bien de prestar á cada una de estas islas quinientos ó seiscientos negros, ó lo que paresciere que al presente vastaren para que se distribuyan por los vecinos, é que hoy no tienen otra cosa sino Yndios?? se los fien por tres años, apotecados los negros á la misma deuda?? Una, Señores, de las causas grandes que han ayudado á perderse esta tierra, é no se poblar más de lo que se han poblado?? es no conceder libremente á todos quantos quisieren traer las licencias de los negros??»
Bartolomé de las Casas (1531)
Antiguamente, antes que hobiese ingenios, teníamos por opinión en esta isla [la Española], que si al negro no acaecía ahorcalle, nunca moría, porque nunca habíamos visto negro de su enfermedad muerto?? pero después que los metieron en los ingenios, por los grandes trabajos que padecían y por los brebajes que de las mieles de cañas hacen y beben, hallaron su muerte y pestilencia, y así muchos dellos cada día mueren??
Bartolomé de las Casas (¿1559-1560?)ii
Una trágica porfía.
El distinguido historiador español Rafael Altamira aseveró en cierta ocasión, con mucho tino, que ?lo más interesante y fundamental de nuestra colonización [de América] fue la trágica porfía entre los esclavistas y los no esclavistas??.iii A ese correcto enunciado, deben añadirse dos afirmaciones complementarias imprescindibles para entender a cabalidad esa ?trágica porfía??: a) Su protagonista e interlocutor principal fue indiscutiblemente fray Bartolomé de las Casas; y b) el debate giró sobre la servidumbre o libertad del indígena americano, descuidándose el mismo problema respecto a otro grupo de personas que desde temprano en el siglo dieciséis abonó con su trabajo, sudor y sangre el desarrollo de lo que hoy se llama América Latina, a saber, el negro africano.
El objetivo de este trabajo es analizar ambas afirmaciones complementarias. Veamos primeramente la importancia central que revistió la presencia del africano esclavo en la conquista y colonización de América durante el siglo decimosexto, asunto que nos parece relativamente descuidado en el actual florecimiento de los estudios sobre ese extraordinario acontecimiento histórico, para, en segunda instancia, hacer un escrutinio crítico de la actitud que asumió Bartolomé de las Casas acerca de la introducción de negros cautivos en las islas antillanas. Intento contribuir así al vigoroso resurgimiento de los estudios lascasianos, tocando un punto sensible y delicado en el pensamiento del más famoso y disputado de los gladiadores de tan ?trágica porfía??.iv
La esclavitud africana.
Con excesiva frecuencia, en la actual discusión acerca del descubrimiento, conquista y colonización española de América, se escamotea la presencia, desde temprano en el siglo dieciséis, del negro esclavo en América.v Se ve dicho acontecimiento como un encuentro entre el ?indio bravío?? y el ?hispano hidalgo??, marginándose al africano.
Los negros esclavos, inicialmente los ladinos de España, y luego los bozales, directamente de Africa, fueron protagonistas del drama latinoamericano desde sus umbrales. Es punto controvertible entre los especialistas la fecha de la primera entrada de negros esclavos a las tierras encontradas por Colón,vi pero conocemos la primera instrucción real a tales efectos. Procede del 16 de septiembre de 1501, y se remite por los Reyes Católicos a Nicolás de Ovando, entonces gobernador de la Española. Insiste en que los negros que se introduzcan al Nuevo Mundo sean ladinos, nacidos en España y cristianos.vii
Fueron también los esclavos negros tempranos protagonistas de sublevaciones y rebeliones. Según Juan Bosch:
Parece que hacia 1503 ya se daban casos de negros que se fugaban a los montes, probablemente junto a los indios, puesto que en ese año Ovando recomendó que se suspendiera la llevada de negros a la Española debido a que huían a los bosques y propagaban la agitación.
Más adelante, añade: ?El 26 de diciembre de 1522 se produjo en la propia isla Española la primera sublevación de negros del Nuevo Mundo??.viii Gonzalo Fernández de Oviedo señala que diversos negros cimarrones se unieron a la sublevación del cacique indígena Enriquillo, en la Española. Eso, en su opinión, añadía un elemento oneroso a la rebelión.
? no se avia de tener tan en poco, en espeçial viendo que cada dia se yban é fueron á juntar con este Enrique é con sus indios algunos negros, de los cuales ya hay tantos en esta isla, á causa destos ingenios de açúcar, que paresçe esta tierra una efigie o imagen de la misma Ethiopia.ix
Igualmente, Fray Toribio de Motolinia, en México, advertía que ?los negros son tantos que algunas veces han estado concertados de se levantar y matar a los españoles??.x
?sto explica varias determinaciones reales sobre los negros en América. El 11 de mayo de 1526 se emitió una cédula real para restringir el traslado a las Indias de negros ladinos. Su texto es muy instructivo acerca de la actitud rebelde de muchos de éllos:
El Rey. Por cuanto yo soy informado que a causa de se llevar negros ladinos destos nuestros Reinos a la Isla Española, los peores y de más malas costumbres que se hallan, porque acá no se quieren servir dellos e imponen y aconsejan a los otros negros mansos que están en dicha isla pacíficos y obedientes al servicio de sus amos, han intentado y probado muchas veces de se alzar y han alzado e ídose a los montes y hecho otros delitos?? por la presente declaramos y mandamos que ninguna ni algunas personas agora ni de aquí en adelante no puedan pasar ni pasen a la dicha Isla Española ni a las otras Indias, islas y tierra firme del mar Océano ni a ninguna parte dellas ningunos negros que en estos nuestros reinos o en el Reino de Portugal hayan estado un año?? si no fuere cuando nos diéremos nuestras licencias para que sus dueños los puedan llevar para servicio de sus personas y casas??xi
Interesante es la Real Provisión que toma Carlos V un año después para mitigar la rebeldía negra. Además de ser indicativa del crecimiento de la migración forzada de esclavos negros, propone un hábil y manipulador remedio: Que los esclavos se casen, a fines de que ese estado civil los estabilize. La preocupacíon y el cariño por su mujer e hijos, piensan el Consejo de Indias y la corona, serviría de freno a su inconformidad.
Por cuanto hemos sido informados que a causa de se haber pasado y se pasan cada día muchos negros a la Isla Española y de haber pocos cristianos españoles en ella, podría ser causa de algún desasosiego o levantamiento en dichos negros, viéndose pujantes y esclavos o se fuesen a los montes y huyesen?? platicado en ello en el nuestro Consejo de Indias, ha parecido que sería gran remedio mandar a casar los negros que de aquí en adelante se pasasen a la dicha isla y los que agora están en ella y que cada uno tuviese su mujer, porque con esto y con el amor que ternían a sus mujeres e hijos?? seria causa de mucho sosiego dellos??xii
Carlos Esteban Deive atinadamente sugiere que la fuga de negros ladinos a los montes y su actitud díscola en la Española se debió a la diferencia de rigor entre la servidumbre en la isla antillana y aquella a la que estaban acostumbrados en la península ibérica.