BAJAR LOS POBRES DE LA CRUZ (PR?LOGO). Leonardo Boff

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Tabira

Teolog?­a de la liberaci?³n2.jpgBajar de la cruz a los pobres:cristología de la liberación
«Hermano que es ayudado por el hermano, es como una ciudad inexpugnable» (Prov 18,19): ?sa es la experiencia que nosotros los teólogos y teólogas queremos transmitir a nuestro hermano Jon Sobrino, sometido a una penosa tribulación por causa de su fe reflexionada y meditada, que es lo que se llama «teología».
Que él, con nuestro apoyo de hermanos y hermanas, se sienta fuerte como una fortaleza.

Un flaco más otro flaco, no son dos flacos, sino un fuerte, porque la solidaridad genera fuerza y crea la solidez de la fraternidad. Aunque individualmente flacos, somos muchos a su lado, constituyendo la fuerza del sacramentum fraternitatis, el sacramento de la fraternidad.

Expresamos nuestra fraternidad, haciendo lo que Jon Sobrino siempre hizo con seriedad y compasión: pensar la fe en Cristo en el contexto de los pueblos crucificados. Eso ha sido siempre, eso es, y, sobre todo, eso esta determinada a seguir siendo, nuestra «cristología de la liberación», la que todos nosotros escribimos, hacemos y vivimos: sí, una teología militante, que lucha por «bajar de la cruz a los pobres», sin pretendidas neutralidades ni hipócritas equidistancias.

Todos los trabajos que componen este libro digital aprovechan la ocasión propicia dada por la notificación vaticana sobre algunos puntos de su cristología, para llevar más hacia adelante lo que, a nuestro juicio, él ha escrito, por su parte, de forma tan pertinente, ortodoxa y ortopráctica, sobre el significado de la fe en Jesucristo a partir de la humanidad humillada de millones de hermanos y hermanas de nuestras sociedades periféricas. Jon Sobrino nos ha enseñado cómo las Iglesias pueden unir fuerzas en la resurrección de estos crucificados.

Tenemos conciencia de la limitación de nuestros trabajos. Nada son ante la riqueza que es Cristo. «Cállese, recójase, pues, el Absoluto», decía Kierkegaard refiriéndose a Cristo. Pero si, a pesar de ello, hablamos, no lo hacemos sobre Cristo como un objeto desafiante, sino a partir
de Cristo como Aquel que es nuestro Libertador y nuestra Esperanza de que todavía hay salvación para el mundo, especialmente para los ignorados marginados de nuestras sociedades.

Hacemos nuestras las palabras de San Juan de la Cruz, el místico ardiente: «Hay mucho que profundizar en Cristo siendo él cual abundante mina con muchas cavidades llenas de ricas vetas, y por más que se cave, nunca se llega a término ni se acaba de agotar; al contrario, se
va hallando en cada cavidad nuevos filones y nuevas riquezas, aquí y allí, conforme testimonia San Pablo cuando dice del mismo Cristo: en Cristo están escondidos todos los tesoros de sabiduría y ciencia (Col 2,3)».

Pascua de 2007

Leonardo BOFF
Petrópolis, Brasil