Avanza la estrategia del Vaticano de alejar al clero vasco del nacionalismo

0
42

El Plural

El conservadurismo de Rouco se sigue imponiendo con un nuevo nombramiento
La estrategia del Vaticano para colocar a dirigentes alejados del nacionalismo en el País Vasco continúa adelante. El último paso fue el nombramiento de Mario Iceta como obispo auxiliar de Bilbao.

Con este movimiento, los nacionalistas son desplazados aún más del poder eclesiástico vasco, algo que se convirtió en uno de los objetivos de Juan Pablo II primero y de Benedicto XVI más tarde. De este modo, tanto el Vaticano como la Conferencia Episcopal Española (CEE), pretenden apartar al clero vasco de la línea marcada entre otros por José María Setién, antiguo obispo auxiliar de San Sebastián que apoyó que ?la normalización del País Vasco pasa por el reconocimiento del derecho de autodeterminación».

Mario Iceta llegó al País Vasco desde Córdoba acompañado de críticas tanto de los sectores nacionalistas como progresistas de la Iglesia vasca. La imposición de Iceta se ve en Euskadi como una ?decisión antodemocrática?? marcada por el Vaticano, e incluso ha habido clérigos que recibieron a Iceta con ?descalificaciones ácidas y muy duras??. Sin embargo el nombramiento ha sido defendido por Ricardo Blázquez, obispo de Bilbao cuyo propio nombramiento también fue mal recibido en su día tanto por la Iglesia vasca como por el PNV, que parecieron presentir que su alianza a través del nacionalismo estaba siendo amenazada.

Los orígenes del problema
La Iglesia vasca ha sido muy criticada durante todo el siglo XX por su adhesión al nacionalismo. Con la llegada de la democracia, el clero vasco canalizó muchas ?inquietudes políticas de muchos sectores de la juventud??, según señala el jesuita Rafael Tirado, decano de Teología de la universidad de Deusto, ?pero también se cometieron muchos errores y se llevaron a muchos jóvenes al matadero??. El clero se había convertido en uno de los principales difusores del nacionalismo, sobre todo en zonas con tradición carlista, según recoge El País. De hecho, estas zonas se convertirían con el paso del tiempo en territorio abertzale. Roma no veía con buenos ojos este giro de su clero y decidió intervenir.

El papel de Ricardo Blázquez
El nombramiento de Blázquez formó parte de la estrategia del Vaticano de dar un cambio ideológico al clero vasco. El obispo de Bilbao acude incluso a los funerales de las víctimas de ETA, pese a lo aconsejado por su Consejo Presbiteral, y siendo conservador se ha desmarcado desde el principio de la línea oficial nacionalista. Este tipo de detelles lo convierten en un jerarca con una línea de actuación muy distinta de la de sus predecesores.

El relevo de Setién
Otro de los movimientos realizados por el Vaticano con el fin de alejar a la Iglesia vasca del nacionalismo fue el de relevar a Setién del cargo que ocupaba en San Sebastián, algo que fue considerado clave en el cambio de rumbo del clero vasco. Sobre todo porque Setién siempre era polémico en sus declaraciones, defendía la autodeterminación e incluso conversaciones con ETA aunque la banda terrorista continuara matando. Pero el último golpe de mano vaticano ha sido el polémico nombramiento de Mario Iceta.

El nombramiento de Mario Iceta
El pasado mes de febrero Mario Iceta se convertía en obispo auxiliar de Bilbao. Fue nombrado en contra de los deseos de muchos clérigos vascos por su ?perfil conservador??, y porque desbancaba a otros candidatos como Xavier Larrañaga, que es ?de la casa??. Iceta tendrá que hacer frente a las críticas y a un descenso de seminaristas en el País Vasco, mientras continúa con el rumbo marcado por el Vaticano en pro de una Iglesia vasca alejada de las corrientes nacionalistas manteniendo, al mismo tiempo, una postura firmemente conservadora afín a la línea de Benedicto XVI y del cardenal de Madrid y presidente de la CEE, Antonio María Rouco Varela.