Autoretrato de Mario Benedetti -- Gabriel Sánchez (Montevideo-Uruguay)

0
302

cuando me entierren,
por favor no se olviden
de mi bolígrafo…
«ESTE POETA ESTABA LLENO DE GENTES?? (Eduardo Galeano)
«Vivió y encarnó la identidad igualitaria del Uruguay, pese a ser uno de los más grandes creadores que tuvo el país»?? Rodrigo Arocena Rector de la Universidad de la República??

Montevideo, 18 de mayo de 2009 ? Gabriel Sánchez
Gracias a Ricardo Coseano y a su Comunidad, por el material de la testimonio de la Ctera de Argentina.-

Dos tres hechos que pensamos le habrían resultado graciosos a Don Mario?? Se dieron hoy cuando estamos con el esperando los tramites de su entrada en la inmortalidad?? El primero fue la cantidad de bolígrafos que dejaron alrededor de su féretro junto a las flores, el otro es que Tabare Vázquez, dijo estos hombres se siembran, no mueren??y el tercero que a muchos nos pareció increíble?? supongo que a él también, en el día del ejercito??nada menos??que en la celebración de esa arma, pusieron la banderas a media hasta en luto por su muerte??Estoy seguro que le hubiera gustado estar vivo para verlo y hacer algunos jugosos comentarios??

Tal vez en medio de la vorágine que ha representado la globalización, con la comunicación en tiempo real?? en donde valores y antivalores culturales se trasmiten con tanta rapidez, en donde los relatos y metarelatos parecen ser cosa del pasado?? En donde la ideología, la utopía y la lucha son vistas por el 20% del mundo como un barbarismo primitivo??Para definir cuál es el aporte singular de los uruguayos a la historia de la humanidad, podríamos decir hemos tomado mate y recitado alguna poesía de Benedetti, por casi todo el mundo??Es una forma de ser, que tiene que ver con los silencios largos, con la palabra elaborada y sin embargo espontánea??

Si hay algo que define lo que somos, esta de alguna manera marcado por la figura, por la poesía y por la tozuda militancia en resumen por la vida de don Mario??

Tiene que ver con esa laicidad creyente?? casi ingenua y sin embargo radical de creer en la utopía??cansados de hacer reuniones, sentados en los adoquines del cordón de la vereda, o realizando una Asamblea en la medio de la calle??Esa bohemia con que se recibe un premio, o se escribe el poema más sublime de la vida??

Y sin embargo, sus poemas que yo fui pasando a mis hijas, que hoy en su biblioteca guardan esa memoria de la lucha en tiempos oscuros??de vida y de claridad y de tiempos esperanzados que definen algo más que a otro poeta, hacen presente una forma de pararse ante el mundo, que es a cierta clase??de especies que habitamos este paisito, de mate y termo??de militancia y resistencia??Una forma de ser?? su libros??sirven para rememorar la historia, nuestra historia, que entregada a los hijos que no vivieron, aquellos años de plomos, aquellas heroicidades inconscientes ??aquel conjurar desde el silencio?? incasablemente una larga cadenas de pequeños y grandes actos de sabotajes??de resistencias, de rebeldías, desde la clandestinidad?? a tal punto que a veces nos daba la sensación de que todas ellas juntas, hechas por miles de uruguayos??terminaron agostando a la dictadura, que tuvo que irse?? y de todo eso la poesía??que nos revive a los desaparecidos y a los asesinados, que nos recuerda la crueldad torturadora y homicida, que no se resigna a que no haya justicia??

El otro día en su cumpleaños mi hija, mostró el libro de Mario que le regale, ?El cumpleaños de Juan Ángel??hecho a Sendic??y nos dijo, sabes que estoy guardando estos libros de Mario Benedetti, para sentarme a contarles la historia que vivimos a mis hijos cuando los tenga?? Y un frió me corrió por la espalda, porque me di cuenta que Mario, resumía una forma de ser uruguayo (que siempre tenemos algo de anarcos) y me di cuenta que tiene razón Tabaré??no lo enterramos lo sembramos??con bolígrafos y todo.-

Era el año 1997 y hacía pocos días la CTERA había instalado la Carpa Blanca frente al Congreso de la Nación. Una tarde alguien apareció por la puerta y simplemente dijo; soy uruguayo y me llamo Mario. De entre tantas imágenes entrañables que nos dejó, podríamos haber elegido varias para recordarlo, pero elegimos sintetizar nuestra emoción en ésta porque nos parece que es la que mejor relata y ejemplifica la sencillez, la solidaridad y el compromiso de un escritor que fue de los libros, pero que también fue de la calle, que no tuvo ni dio tregua en las batallas que desde la palabra ?y durante muchos años, desde el exilio- dio en nombre de la verdad, la justicia y la igualdad social.

No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca

no te salves
no te llenes de calma

no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios

no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo

pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana

y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo

(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)