Un relevamiento realizado por Consejo Indigenista Misionero (Cimi) indica que en el año pasado 76 indígenas fueron asesinados en Brasil. De ese total, 48 casos fueron registrados solamente en el Mato Grosso del Sur, Estado que alberga más de 60 mil indígenas. En comparación con 2006, el número de indígenas muertos en el Mato Grosso del Sur creció casi 150%, saltando de 20 a 48 en el último año. Para el Cimi, el aumento en los índices de violencia está directamente relacionado al confinamiento de las comunidades indígenas del Estado, principalmente a la etnia Guaraní.
?Esto se comprueba cuando vemos que, de los 48 asesinatos ocurridos en el Estado, 14 acontecieron en Dourados, donde está la mayor concentración de indígenas por hectárea??, subraya el Cimi.
Además de la situación de confinamiento, el conflicto con los hacendados de la región también es señalado por el organismo vinculado a la Conferencia Nacional de los Obispos del Brasil (CNBB) como causa preponderante para el incremento del número de indígenas asesinados en la región. En 2007, la Fundación Nacional del Indígena (Funai) no delimitó ninguna porción de tierra para las comunidades Guaraníes del Mato Grosso del Sur.
?Es de difícil comprensión la continuidad, hasta hoy, de este proceso cruel de exterminio de todo un pueblo, a los ojos de toda la sociedad nacional, de los gobiernos federal y estatal, de las instituciones de la República, del organismo indigenista, sin que medidas efectivas sean tomadas??, señaló el Cimi al hacer un balance de la situación.
Datos de la Fundación Nacional de Salud (Funasa) aseguran que las comunidades indígenas del Mato Grosso del Sur sufren con los conflictos de tierras, acarreando problemas de alcoholismo, drogadicción y desempleo.
El coordinador regional de la Funasa, Flávio Britto Neto, alertó sobre el incremento de los casos de suicidios entre los indígenas de la etnia Guaraní que, desde 2001, ya totalizan más de 300 muertes, la mayoría de jóvenes entre 15 y 19 años.