Según la Respuesta de Roy Bourgois a la Congregación de la Defensa de la Fe, que presentábamos anteayer, hoy, 21 de Noviembre, se debería hacer efectiva la excomunión con que la Congregación amenazó el pasado 21 de octubre al sacerdote estadounidense, por haber expresado su acuerdo con que la mujer pueda ser ordenada sacerdote, si no se retractaba de su opinión en un plazo perentorio de 30 días, que ahora se han cumplido..
No sabemos si se publicará el decreto o anuncio oficial de excomunión, como en otras ocasiones.
Pero somos muchos los católicos y católicas que, como Bourgeois, sentimos «en conciencia» la necesidad y el imperativo de reconocer y hacer reconocer la igualdad absoluta de hombres y mujeres en la Iglesia. Como él, creemos que no sólo debemos ser proféticos hacia afuera, denunciando y combatiendo la injusticia, sino coherentes también hacia dentro de la Iglesia, reivindicando la «igualdad absoluta de hombres y mujeres en la Iglesia», también ante el ministerio sacerdotal.
Admiramos la coherencia y valentía de Bourgeois al arriesgarse a una condenación injusta por defender la igualdad, y por no contrariar su conciencia ante una amenaza perentoria de excomunión, cuya utilización nos parece un abuso de poder por parte de una autoridad que se cree depositaria de la verdad y desconoce, y hasta desprecia y castiga el sensus fidei, el sentido de la inmensa mayor parte del Pueblo de Dios, centenas de millones de seguidores de Jesús, sin duda, como las estadísticas confirman.
Esta excomunión no excomulga a Bourgeois, sino a los que se auto-excomulgan de la fe del Pueblo de Dios.
Por ello, ante esta excomunión que no reconocemos -por considerarla abusiva, antievangélica y por tanto inválida-, y animados por el testimonio profético de Bourgeois, sentimos que es una hora oportuna para reivindicar con más fuerza la «igualdad absoluta de la mujer en la Iglesia», tratando de hacer más visible la multitud de cristianas y cristianos para quienes esta «igualdad absoluta» es un imperativo de conciencia, absolutamente evangélico, e irrenunciable. Por eso
(Es claro que el mismo concepto de ordenación y de sacerdote deben cambiar profundamente, hacia un nuevo orden y una nueva concepción de los ministerios en la comunidad cristiana. Pero esta reforma necesaria no justifica la no reivindicación de la igualdad de la mujer. ?sta debe poder recibir, siempre, los mismos sacramentos que el hombre, aun los que necesiten urgente reforma. Ahora sólo nos referimos a esta igualdad).
Por ello, con ocasión del testimonio de Roy Bourgeois, ATRIO abre esta «campaña de reivindicación de la igualdad absoluta de mujeres y hombres en la Iglesia», con el formulario siguiente.
Esperamos firmas principalmente de católicos vinculados a la Iglesia Católica, desde un simple seglar más o menos practicante a un obispo en ejercicio.
Vamos a permitir que en casos comprometidos se firme en la lista como ?Anónimo?? pero se señale la situación eclesial, siempre que después se envíe un correo personal al moderador de ATRIO, Antonio Duato, quien se compromete a mantener en secreto los datos personales y certificará la autenticidad de que ese anónimo, con esa situación eclesial, corresponde a una persona concreta. Las firmas anónimas que no vayan acompañadas de una dirección e-mail en el formulario, para poder confirmarlas, o de un mensaje posterior aclarando, serán borradas.
# Y este es el texto de la Declaración de adhesión que invitamos a suscribir:
* DECLARACI?N REIVINDICANDO LA IGUALDAD ABSOLUTA DE LA MUJER EN LA IGLESIA Yo también creo, como Roy Bourgeois, que la prohibición del acceso de la mujer al sacerdocio ministerial:
o ? no tiene base bíblica ni teológica y es muy discutible pastoralmente
o ? representa hoy una inaceptable discriminación por motivo de sexo en la Iglesia
o ? es una manifestación del machismo en la Iglesia, con efectos perversos
* Y por tanto, al firmar el formulario que aparece aquí abajo, declaro que la decisión vaticana de prohibir bajo pena de excomunión manifestar lo anterior es incorrecta, antievangélica y, por tanto, no merece obediencia.