Amigos que se nos van ¡pero que no olvidaremos!: Luís Sepúlveda y Rufino Velasco -- Sicsal

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

ADIOS A LUIS SEPULVEDA CALFUCURA
Con profundo pesar confirmamos la triste noticia del fallecimiento de Luis Sepúlveda
Calfucura, escritor, compañero y amigo, miembro del equipo de la edición chilena de
Le Monde Diplomatique y de la editorial Aún Creemos en los Sueños, donde publicó
nueve libros con un centenar de sus crónicas.
Luis Sepúlveda falleció a los 70 años este jueves 16 de abril, en Oviedo, España, después de
más de siete semanas internado en el Hospital Central Universitario de Asturias, luego de
contraer el coronavirus.

Enviamos nuestros mejores sentimientos a su compañera, la poeta Carmen Yáñez y a sus hijos
Carlos, Paulina, Sebastián, Max, León y Jorge. Vayan también nuestras sentidas condolencias a sus amistades, lectoras y lectores.
Para nosotros además de un gran escritor se va un gran amigo y compañero, que nos
acompañó desde el comienzo en esta aventura que ha sido publicar Le Monde Diplomatique
en Chile. Despedimos a un hombre generoso y talentoso, un contador de historias, que puso
su saber al servicio de los demás.

Luis Sepúlveda publicó más de treinta libros, traducidos a numerosos idiomas, entre ellos ?Un viejo que leía novelas de amor??, ?Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar??, ?La sombra de lo que fuimos??, ?Patagonia Express??, ?Mundo del fin del mundo?? y ?Nombre de torero???? Luis Sepúlveda fue un magnífico escritor y un ciudadano comprometido con las grandes causas revolucionarias, siempre al lado de las luchas sociales con la pasión de los que creen que otro Chile y otro mundo son posibles.

Su último texto en Le Monde Diplomatique se refirió a la rebelión chilena y lo títuló ?El oasis seco?? http://www.lemondediplomatique.cl/el-oasis-seco.html
Un centenar de columnas se pueden leer en el blog de Luis Sepúlveda:
http://www.lemondediplomatique.cl/carne-de-blog

En memoria agradecida a un extraordinario compañero
RUFINO VELASCO MARTÍNEZ

Ayer tarde (21/04/2020), hacia las 17:00 horas, falleció en la residencia SAN FRANCISCO DE PAULA, Madrid, Rufino Velasco Martínez. En el pasado mes de abril cumplió 90 años. Debido a la repetición de varios ictus, en sus últimos años ha estado físicamente muy limitado.
Pero esta limitación física ha dejado aparecer en él la gran riqueza humana y espiritual que llevaba acumulada.

Con la ausencia de Rufino, la Iglesia del Vaticano II pierde a uno de sus mejores especialistas y testigos. Habrá que leer nuevamente sus impresionantes obras La Iglesia de Jesús y La Iglesia ante el tercer milenio para situarnos en el ámbito de una Iglesia ?soñada?? y ?vivida?? desde la alternativa del Evangelio. Como él mismo dice ?El Evangelio de Jesús produce siempre una conmoción profunda en lo más sensible de la conciencia cristiana cuando nos recuerda la preferencia por los pobres como la llamada más urgente para los cristianos de cualquier época de la Iglesia??. Rufino, junto a Julio Lois y algunos otros, ha sido teólogo y militante decidido de las Comunidades Cristianas Populares y de la Iglesia de Base de Madrid.

Con la desaparición de Rufino la poesía cristiana pierde a uno de sus mejores representantes.
No solo como director de Uriel donde, en los años 50, aparecen todos los grandes poetas de la mitad del pasado siglo. Queremos citar, entre otros, un librito titulado Poesía entre amigos, que recoge poemas de Emiliano Alvarado, Jesús Tomé y Rufino Velasco con prólogo del
teólogo Marciano Villanueva donde se afirma que se trata de ?poemas que pueden figurar sin
desdoro junto a los mejores testimonios de la producción poética contemporánea??. De este
libro es este bello poema titulado Al fondo de tus ojos: ?He mirado tus ojos lentamente/ dos
hemisferios negros. / Líquidos, transparentes, / como dos lagos quietos. / Dos lagos en la
noche, abarrotados/ de estrellas y de sueños. / He mirado tus ojos. Y, mirándolos/ como
hurgando en secreto, /he sentido, de pronto, que es la muerte/ lo más absurdo y cierto??.
Con la muerte de Rufino los amigos perdemos la nobleza, siempre agradecida, de un gran
amigo. Un ser con quien te encontrabas siempre bien, a gusto. Nunca se jactó de tener sus
amigos en las alturas.

Sus verdaderos amigos, con los que verdaderamente disfrutaba se
encuentran en los barrios populares de Madrid, parroquia de San Ambrosio o en el Barrio de
Buenos Aires en el extrarradio de la ciudad de Salamanca. Dos personas en estos lugares
empobrecidos fueron para él dos referentes y hermanos del alma: Paco Velasco (en Vallecas) y
Emiliano de Tapia (en Salamanca). Probablemente pensando también en ellos escribió este
poema: ?Yo quisiera decirte lo que te quiero. / Que en un rincón secreto de mi vida/ donde no ha entrado nadie, hay una herida/ que abre hacia ti mi corazón entero. / Decirte que he
encontrado el manadero/de una fuente callada y escondida/en que, al mirarme, he visto
sumergida/ la forma de tu rostro verdadero?? /.

Con la muerte de Rufino, quienes hemos tratado de hacer de la fe cristiana una experiencia de Comunidad, perdemos un gran hermano y un gran utópico. Nuestras raíces vienen de lejos. Ya desde los orígenes de la revista Misión Abierta y se han continuado posteriormente con las revistas ?xodo y Utopía. Son muchos los años que llevamos, codo a codo, luchando por las
grandes causas del Reino y tratando de acercar un poquito el momento y el mundo en que
vivimos, también la Iglesia, a los grandes valores humanos del Evangelio.

En este empeño siempre hemos tenido al lado y considerado como hermano mayor, al obispo Pedro Casaldáliga. Esta comunidad de Fernández de los Ríos desde sus orígenes ha sido considerada por el obispo Pedro ?su enclave?? en Madrid. ?l nos ha acogido cuando hemos pasado por momentos difíciles y nos ha prestado siempre su aliento y apoyo. Con la desaparición de Rufino, vamos a sentir un vacío grande. Entre otras muchas cosas, porque Rufino ha sido para nosotros un compañero noble, un hermano cariñoso, un cómplice en nuestras luchas en defensa de la verdad y la justicia y, siempre, un suplemento de espíritu en momentos de gran turbación. Que Dios Padre/Madre lo haga feliz en sus moradas.

Desde Fernández de los Ríos: José Luis Sierra, Benjamín Forcano, Secundino Movilla y Evaristo
Villar