Altruismo interesado -- Pedro Serrano

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Enviado a la página web de Redes Cristianas

No es de extrañar que los ricos ya no sepan qué hacer con su riqueza y en los ratos libres se dediquen a la filantropía como quien se dedica a hacer yoga para relajarse. Si se fijan, no hay rico ni gran corporación que no disponga de una fundación con fines sociales, culturales o humanitarios. Sin ánimo de lucro, por supuesto.

Pero todos sabemos que su altruismo es interesado o, cuando menos, dudoso; pues con él no solo calman su mala conciencia por la explotación laboral de sus trabajadores -sobre todo en países emergentes- y por las vergonzosas evasiones y desgravaciones fiscales, sino que, además, consiguen una excelente y barata propaganda y un efectivo lavado de imagen ante la sociedad.

Pero una sociedad no puede desarrollarse ni sostenerse a base de dádivas o limosnas. Si queremos sociedades más justas, igualitarias y cohesionadas, donde el principal interés sea el bien común, no podemos confiar la solución al altruismo de unos pocos privilegiados por sistemas injustos, sino a los Estados y organismos supranacionales promoviendo leyes laborales y fiscales que propicien un reparto más justo y equitativo de la riqueza.

Valladolid