Alternativa Laica critica el «sometimiento» de los políticos a los obispos

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Religión Digital

Censura el «arcaico» recibimiento de la sociedad civil al nuevo arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez
‘Alternativa Laica’ ha criticado el «arcaico» acto de recibimiento que ayer dispensaron las autoridades al nuevo arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, porque constituye una «escenificación burda y antigua del sometimiento del poder civil y sus instituciones a la jerarquía de la Iglesia Católica».

En un comunicado, dicho colectivo se refiere en concreto al recibimiento de las autoridades en la Puerta de Bisagra, donde el alcalde, Emiliano García Page (PSOE), que ejerció de anfitrión, «espera y saluda a pie de coche» al arzobispo trasladándose con posterioridad hasta la catedral ambos en el coche oficial del Ayuntamiento.

Además, ‘Alternativa Laica’ censura a los que denomina ‘nuevos príncipes de la Iglesia’, «cuyo afán de notoriedad y boato contrasta con la humildad y sencillez que predican y con la sobriedad de otros actos de la vida política democrática».

«Consideramos -dicen- que dicha ceremonia de bienvenida con la «corporación municipal bajo mazas y situada en línea para saludar al arzobispo genera una confusión de fondo que excede de la cortesía y de las correctas relaciones con la Iglesia».

A juicio del colectivo laico, dicho acto debería producirse exactamente al revés, es decir, que fuera el arzobispo quien cursara visita a la corporación en sede municipal y a su alcalde, que representa a todos los ciudadanos de Toledo, mientras que el arzobispo es tan sólo el representante de una confesión religiosa.

Alternativa Laica considera que con este acto de «encaje institucional tan forzado y ajeno a las habituales prácticas protocolarias en los tiempos actuales, vuelve a ponerse de manifiesto una conducta de algunos poderes públicos no exenta de oportunismo, confundiendo interesadamente los gestos hacía la jerarquía católica con guiños hacia un sector del electorado».

Por otra parte, «las arcaicas formas y la parafernalia del acto sólo transmiten una imagen de la ciudad más propia de otros tiempos donde el poder omnímodo de la Iglesia y su permanente presencia en la vida pública marcaban la imagen exterior de Toledo».

Eso sí, todo ello con «una riada de dinero público para que algunos respetables ciudadanos desarrollen su fe religiosa bajo el cuidado de decenas de empleados públicos que velan por ellos».