Allah Akbar. Carta a un amigo musulmán -- José I. González Faus, teólogo

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Cristianismo y justicia

Querido Yaser: ?Dios es el más grande??. Los cristianos agradecemos ese grito vuestro que nosotros olvidamos a veces.. Pero me parece imprescindible completarlo con otro más clásico: ?sólo Dios es grande??. Pues si me limito a decir que Dios es ?el más grande?? establezco una jerarquía de grandezas y, en la medida en que me creo cerca de Dios, puedo sentirme yo más grande que otros??

En cambio, mira qué pasó en el funeral de Luis XIV de Francia llamado ?el Grande?? (un dictador de la época en que las naciones europeas se parecían a lo que últimamente eran Túnez, Egipto, Libia o Siria antes de las revueltas; pero entonces soportábamos más esas tiranías a cambio de que engrandecieran nuestro país halagando los sentimientos nacionales). Luis XIV gobernó durante casi cuarenta años como Franco. En su funeral, la capilla estaba repleta de letreros que repetían infinidad de veces: ?Louis le Grand??. Llegó la hora del sermón, subió al púlpito el predicador y comenzó diciendo: ?Sólo Dios es grande???? Se hizo un silencio tenso e inmenso, pero imaginable: porque sugería que si sólo Dios es grande, todos somos iguales ante ?l y el rey Luis era un ser humano más.

Dios es grande; pero no el mayor entre otros muchos grandes, sino el único que merece ese adjetivo. Y no cabe que nos endiosemos por creernos más fieles o cercanos a ?l. Encontrarás eso en Ibn Arabí, en Rumí y en varios místicos musulmanes. En cambio, debo confesarte que me escandaliza ver a terroristas islámicos disparando sus metralletas al grito de Allah akbar: se sentían, como Dios, señores de la vida y de la muerte. Y al revés: me enternecí, y os lo agradezco profundamente, cuando vi que musulmanes egipcios se colocaban voluntariamente como ?escudos humanos?? para proteger a los cristianos de ataques del integrismo islámico. Ojalá cristianos y musulmanes podamos saludarnos en el futuro diciéndonos simplemente ?sólo Dios es grande??; y ese saludo nos ponga a todos en nuestro sitio.

Te comento una segunda cosa con que me voy tropezando últimamente. Muchos cristianos europeos nos sentimos incomprendidos y tachados de ingenuos por cristianos que viven en países musulmanes y nos dicen que aquí se os concede toda clase de libertades mientras ellos soportan persecución y maltrato en infinidad de países islámicos. Ante esa queja oí una vez a un cura catalán responder: nosotros no queremos tratar a los musulmanes ?tal como ellos nos traten a nosotros??, sino aplicando el principio evangélico: ?trata a los demás como querrías que ellos te tratasen a ti?? (Lc 6,31). Sabemos que esto es más arriesgado, pero creemos que será lo único fecundo.

Finalmente quería contactar contigo para comentar todo lo que, desde el pasado febrero está sucediendo en muchos países árabes. Para nosotros occidentales puede ser satisfactorio que esos países lleguen a la democracia y busquen realizar los ideales de Occidente. Pero, si queréis un consejo, imitad sólo nuestros ideales, no nuestras conductas. Pues éstas nos han vuelto profundamente hipócritas por la cantidad de veces que han traicionado nuestras bellas palabras de libertad, democracia, igualdad, justicia social o fraternidad?? Por intereses económicos hemos alentado y sostenido a muchos de vuestros tiranos para asegurar nuestro petróleo. Y vendimos armas a vuestros dictadores, a los que luego bombardeamos??

Hemos procedido siempre como si hubiéramos dicho: cumpliremos los grandes ideales de Occidente sólo en la medida en que no frenen o amortigüen nuestro afán de riqueza y nuestra obsesión por crecer en bienestar material. Tened esto en cuenta a la hora de buscar vuestra libertad, para no caer en la ambigüedad de nuestro Occidente que atrae por sus ideales pero demasiadas veces repugna por sus conductas contrarias a ellos (como la conducta de Europa con África desde el comercio de esclavos en el XVIII hasta el colonialismo del XIX y XX, típico de nuestra Modernidad).

Más allá de nuestras bellas palabras, Occidente ha querido ser grande con la grandeza del dinero. Y parodiando una palabra de Jesús de Nazaret: ?no se puede servir a la libertad-igualdad-fraternidad?? y al dinero??. Elegir lo segundo no nos ha hecho más grandes ni más felices. Ojalá vosotros consigáis realizar los ideales de vuestras pasadas revoluciones por caminos distintos de los nuestros. Quemar un Corán o pintar una caricatura de Mahoma es una falta de respeto que no acredita a quien pretende ser un demócrata. Pero que como respuesta a esa ofensa se realice un atentado donde mueren ocho personas inocentes, ofende a Allah mucho más que la quema del Corán. Prefiero la imagen de aquella mujer musulmana con velo, acariciando impotente la lápida de uno de los monjes asesinados en Argelia.

Y queda la eterna pregunta: ¿quién era más musulmán o mejor persona religiosa: aquella sencilla mujer o los miembros del GIA que asesinaron a los monjes al grito de Allah akbar?. Un abrazo y seguimos otro día.