Alfonso Álvarez Bolado ya alcanzó la meta -- Antonio Duato

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Atrio

Ayer me enteré de que había fallecido Alfonso en Salamanca, a los 84 años.
Su vida ha sido intensa, apasionada. La de un corredor de fondo, sin destellos de velocista o focos mediáticos, pero en contante búsqueda de la esperada meta: la mayor gloria de Dios en el mundo real que le tocó vivir.

Alfonso ha sido un jesuita, formado en el crisol espiritual de los Ejercicios ignacianos y un intelectual comprometido con la España que salió dividida de una terrible guerra civil, cuando él era todavía un niño. ?l quiso ayudar a recomponer, con un incansable diálogo de sutura, sus dos almas divididas.

Fue profesor de filosofía, de teología y de sociología, viviendo armónicamente entrelazadas las tres disciplinas con la autenticidad de una acción pastoral dirigida especialmente hacia jóvenes universitarios.

Siendo profesor de la Universidad de Barcelona, desde los años cincuenta organizó ya un curso de teología para seglares. Y posteriormente, respondiendo a la consigna de Arrupe de dialogar con los no cristianos, fundó, junto con Gómez Caffarena fallecido recientemente también, el Instituto Fe y Secularidad de Madrid, que en los años setenta representó la punta de lanza de la renovación conciliar en España.

Lo conocí y nos hicimos amigos en 1970. Colaboramos muchos años estrechamente en la redacción de Iglesia Viva. Pasamos algunas vacaciones juntos, con largos paseos por los montes de Teruel, en los que nos contamos la vida y entrecruzamos nuestros proyectos más íntimos. En nuestros últimos años seguimos una correspondencia por ese correo electrónico que acorta distancias y aprovechando cualquier ocasión para reanudar nuestros paseos. Recuerdo que la última vez el escenario fue muy distinto al de los añorados pinares de Villarroya: las barrocas construcciones de Calatrava en Valencia a las que él, atento siempre a analizar los problemas más profundos de la actualidad, prestaba poca atención.

Alfonso, querido, bomun certamen certasti, cursum consaumasti, fidem servasti. Ahora, desde tu plenitud lcnzada, seguirás siendo para los que todavía peregrinamos, apoyo y faro.

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Esta mañana, para hacer memoria y duelo, he repasado algunos artículos suyos que marcaron hitos en Iglesia Viva y que han seguido presentes en mi memoria desde entonces. Le he visto y escuchado en una entrevista realizada hace solo unos meses para el portal diocesano de Iglesia en Valladolid. Comprendo que eso sólo tiene sentido para quienes teníamos vinculación con Alfonso. Son muchos lo que le habrán leído o escuchdo alguna vez. Si alguien quisiere emplear un tiempo de este domingo en conocerlo o recordarlo mejor, acabo poniendo estas referencias:

Artículos clave en Iglesia Viva:

Algunos procesos de crisis de fe, derivados del compromiso terrestre, en España (nº 37, 1972)
La Iglesia de España: ¿entre el desconcierto y la restauración? (nº 39, 1972)
Entre la retórica y el martirio. Sobre la condición ?confesante?? de la Iglesia (nº 44/45, 1973)
Encontrar a Dios en un mundo lacerado (nº 202, 2000. Una larga conversación con Joaquín García Roca sobre todo el recorrido personal e intelectual de su vida.

Quien no encuentre el número señalado y esté interesado podría pedir una copia en PDF. (revista@iglesiaviva.org)

Entrevista para Iglesia en Valladolid. 2 de noviembre de 2012. Vídeo de 34 minutos.