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La gran lección que debieran aprender los pueblos
Con gozosa y fraterna solidaridad, resumo el oportuno,magnifico e imbatible escrito de Faustino Vilabrille.
En estos días no deja de aparecer la escandalosa noticia de “Los Papeles de Pandora”: la operación fraudulenta de Empresas e incluso de personas garantes de la legalidad pública, que con ayuda bancaria de bufetes de abogados, tratan de evadir los impuestos que les corresponden en sus países.

La operación viene calificada de injusticia reiterada, propia de un sistema clasista, que privilegia y enriquece a una clase social y hunde en la pobreza a otra. Dicha operación confirma lo que parece resultado de una lucha histórica: la clase dominante no se cansa de gritar que la propiedad privada es un derecho.

En realidad, tal derecho sólo lo disfruta una minoría frente a una gran mayoría que carece de él. Los derechos humanos son universales e igualitarios, que el capitalismo los convierte en privilegio de unas minoría con grandes diferencias y exclusiones. Brota la pregunta: ¿Por qué pervive tan cruel y tamaña iniquidad?
Con sorpresa y hasta con paradójico dolor, la respuesta es: porque los mismos explotados y desposeídos, por ignorancia o dejadez, traspasan su poder con el voto político a sus más acérrimos enemigos.

O sea, que las víctimas se quedan sin poder,r, porque cándidamente lo entregan en las elecciones a quienes las oprimen: “A los pueblos les falta la decisión y lucidez para desembarazarse de tan indigno personal” (Faustino Vilabrille).

La gravísima corrupción de los implicados en “Los papeles de Pandora”, tiene lugar, cuando el pueblo o parte importante de él, se deja seducir por políticos que privatizan la propiedad, frenan la subida de salarios, venden a fondos buitres viviendas municipales, repelen la renovación del poder judicial, etc.: “El pueblo que no sabe defender sus derechos se convierte en arquitecto de su propia desgracia” (Faustino Vilabrille).