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¡ALELUYA!
Aleluya cantemos con gozo
y gran alborozo
para celebrar
que la vida ha vencido a la muerte
y estamos de suerte
de en la vida estar.
Aleluya, Cristo resucita
y vida suscita
logrando hermanar
nuestro pobre vivir cada día
con la utopía
de poder soñar.
Aleluya: otro mundo es posible
y se hace sensible
en cada vibrar
de unas manos de acción solidaria
callada y diaria
que se sabe dar.
Aleluya: bienaventuranzas
de locas andanzas
de profetizar
otro mundo de patas arriba
que tan sólo estriba
en humanizar.
Aleluya en un mundo injusto
donde el mal y el susto
nos quiere aterrar,
porque en medio de tanta matanza
cabe la esperanza
del mundo cambiar.
Aleluya, hombres y mujeres
con sus pareceres,
pero a luchar
por lograr la igualdad de derechos
y mostrar con hechos
estar a la par.
Aleluya a pesar de todo
por buscar el modo
de continuar
procurando hacer de esta vida
la ocasión querida
de ser y de amar.
Aleluya: la naturaleza
muestra su belleza
para contemplar
y convida al género humano
sentir franciscano
con que comulgar.
Aleluya con la primavera
porque es la primera
para festejar
que la vida se viste de fiesta
y siempre está presta
a hacernos gozar.
Aleluya es que la alegría
se hace valentía
en testimoniar
que la vida vence a la muerte,
que el amor es fuerte
más que el matar.
Aleluya es creer lo imposible
y hacer lo posible:
creer es crear,
que la fe puede más que los miedos
y libra de enredos
por desconfiar.
Aleluya porque hay corazones
que tienen razones
siempre para amar,
y quien es tanto más vulnerable
será más amable
y más de apreciar.
Aleluya porque cada día
queda la alegría
de recomenzar
a vivir como seres humanos
y darnos las manos
en el caminar.
(Deme . Pascua 2017 )