pepatorres
Se equivocó Adam Smith. Lo que mueve la vida no es la competencia ni la mano invisible de los mercados. Lo que mueve y sostiene la vida es ese torrente sumergido de vida que constituyen las cadenas de cuidados, esos miles de acciones invisibles pero imprescindibles que aseguran el milagro de su sostenibilidad cada día. Sus escenarios transcurren en la trama de lo cotidiano y requieren una actitud contemplativa experta en lo invisible. Por eso es urgente no solo una ética, sino también una épica del cuidado que nos ayude a ponerlas en el centro de la vida, la economía, la cultura, la ciencia, la política, las religiones, como reclaman las ecofeministas. Ver noticia original en …