A propósito de la guerra de los autobuses sobre Dios -- Manolo González

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Somos Iglesia Andalucía

1.- En los autobuses hemos vistos eslogan sobre todo: películas, espectáculos, carteles electorales, mensajes comerciales. Sus anunciantes reservan el espacio, pagan, y si no hay nada ilegal en la propuesta, poco hay que objetar. El mismo derecho tienen los que se sienten interpelado por un anuncio y responden con otro.
2.- Es una lucha de creyentes, de los que creen que probablemente dios no existe y los que creen que dios existe. Ni unos ni otros tienen argumentos para defender sus creencias. Y tantos unos como otros merecen igual respeto.

3.- El eslogan de los ateos es positivo, porque, sin ofender a nadie, a partir de creer o no creer en dios, están interpelando a muchos sobre ese dios que se ha predicado en la iglesia, y en las iglesias, como alguien que nos amarga la existencia, que no nos deja disfrutar de la vida, que más que algo útil, se nos presenta como un estorbo. Un dios aguafiestas de todos, que nos impide ser felices y que con demasiada frecuencia ha estado, y sigue estando, al lado de los que, en su nombre, están haciendo imposible a muchos disfrutar de la vida

En su nombre se han cometido, y se siguen cometiendo hoy, las mayores atrocidades. Y son muchos los que se acercan a él con miedo y sus exigencias las sienten como un peso, una carga insoportable. Es un dios en el que no podemos creer, es un dios falso, un ídolo que hay que destruir.

4.- El dios que se nos reveló en Jesús es un dios que no le importa que creamos o no creamos en él, que no quiere que le busquemos mirando hacia las nubes. Lo que de verdad quiere es que disfrutemos de la vida, que seamos felices, y sobre todo que miremos al lado a los que viven junto a nosotros, para que también ellos disfruten de la vida y sean felices.

El no impuso leyes, ni habló de creencias concretas, ni de actos religiosos que teníamos que hacer, ni exigió cosa alguna que pudiera hacernos menos felices. El. al predicar y hacer realidad el Reino, esa, hoy diríamos, otra sociedad alternativa, ese otro mundo mejor, se opuso, con sus palabras y con su vida, a ese dios en el que dicen no creer los ateos, que predicaban , y predican con demasiada frecuencia, muchos dirigentes religiosos en nuestros días. Se declaró ateo en ese dios y por eso, y solo por eso, lo mataron como una persona subversiva. Bienaventurados por todo ello los ateos.